Andrea, la niña de doce años de edad que padecía una enfermedad neurodegenerativa irreversible y para la que sus padres pedían una muerte digna, ha fallecido este viernes en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), donde permanecía ingresada.
La niña ha fallecido después de que el lunes el centro hospitalario accediese a retirar la alimentación artificial como pedían sus padres para que tuviera una muerte digna y comenzaran a sedarla.