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El presidente del Líbano, Michel Aoun, reconoció hoy que supo de la presencia de una "gran cantidad" de nitrato de amonio en el puerto de Beirut el 20 de julio, dos semanas antes de la explosión que causó 171 muertos y más de 6.000 heridos, y aseguró que se informó de inmediato al Consejo Supremo de la Defensa.

"El presidente Aoun fue informado el 20 de julio 2020 a través del informe de Seguridad del Estado de la presencia de una gran cantidad de nitrato de amonio en un almacén del puerto de Beirut, el consejero militar de su excelencia informó al secretario general del Consejo Supremo de Defensa", afirmó la Presidencia en su cuenta de Twitter.

Michel Aoun también informó este miércoles al rey de España, Felipe VI, de que las estimaciones iniciales sitúan las pérdidas por la explosión del 4 de agosto en Beirut por encima de los 15.000 millones de dólares.

Beirut continúa devastada ocho días después de la explosión que mató a más de 160 personas y dejó a más de 6.000 heridos. Sus ciudadanos tratan de recomponerse de la crisis socioeconómica y política tras la explosión en pleno incremento de los contagios de COVID-19.

Con música, un cortejo hasta el puerto de Beirut ha querido recordar a los más de 160 fallecidos y casi 6.000 heridos en la explosión que devastó la ciudad hace una semana. En la zona, solo quedan ruinas, y los ciudadanos acusan a los gobernantes de haber querido matar al pueblo. Mientras, la dimisión del Gobierno no ha podido detener las protestas que en los últimos días se extienden por Líbano.

La explosión de hace una semana en el puerto de Beirut devastó la ciudad, pero también ha provocado un cataclismo político, con la dimisión del ejecutivo en bloque y la situación actual es de crisis mayúscula. En Líbano, los cargos están repartidos para evitar conflictos entre confesiones como los que alimentaron la guerra civil, lo que ya no se corresponde con la realidad demográfica. La profunda crisis económica, unida a las protestas, complican más la salida a la situación política.

El investigador principal del Real Instituto Elcano para el Mediterráneo y el Mundo Árabe, Haizam Amirah-Fernández, ha asegurado en el informativo ’14 horas’ que es fundamental que Líbano ponga fin al sistema político que rige desde 1990 y que implica el reparto de poder a través de cuotas confesionales. “Es un sistema que permite que se repartan el poder entre los mismos de siempre, fomentando el sectarismo, el clientelismo y la corrupción. El modelo está agotado, el país ya no existe como tal y, si nada cambiar, seguirá siendo un estado fallido”, ha dicho el experto, que ha recordado que la población libanesa lleva tiempo reclamando que los cargos políticos se elijan por su valía y no por pertenecer a un grupo religioso. Amirah-Fernández ha explicado, además, que otros de los problemas que sufre el país tiene que ver con las interferencias de potencias regionales e internacionales como Israel, Siria, Irán o Arabia Saudí, que han convertido Líbano en un tablero en el que juegan sus partidas de influencia.

El Gobierno de Líbano ha dimitido en bloque este lunes tras las protestas de los últimos días, agravadas por la gestión de la crisis tras la explosión en el puerto de Beirut hace seis días. El primer ministro, Hassan Daib, ha cargado contra la "corrupción endémica" que durante años ha gobernado el país, eso sí, sin dar nombres. Entretanto, Beirut vive su tercera jornada de protestas, con enfrentamientos entre manifestantes y policía.

Una semana después de la explosión en el puerto de Beirut, el Primer Ministro libanés, Hasan Diab, ha dirigido un mensaje a la nación en el que ha defendido que, con la dimisión, el Ejecutivo acata la demanda de la población por un cambio real. Diab también ha relacionado la corrupción endémica en Líbano con la explosión el pasado martes en el puerto de la capital, que ha dejado más de 160 fallecidos y más de 5.000 heridos, Desde el pasado jueves, los libaneses han tomado las calles retomando unas protestas antigubernamentales iniciadas hace meses y reactivadas tras la explosión. Antes de la renuncia al completo del Gobierno, cuatro ministros habían dado un paso atrás. Líbano se enfrenta a la peor crisis económica, social y política desde la guerra civil. Informa Víctor Paredes.

Miles de personas se han manifestado por segunda noche consecutiva en Líbano contra la gestión del gobierno de la explosión en el puerto de Beirut, que deja más de 150 muertos y miles de heridos. La Policía utilizó gases lacrimógenos contra algunos manifestantes que trataron de llegar al Parlamento, como muestra de su frustración de contra el sistema político. De momento, cuatro ministros y nueve parlamentarios ya han dimitido.

Nueva dimisión en el seno del gobierno libanés tras la explosión en el puerto de Beirut con más de 150 heridos y 6.000 heridos. La ministra de justicia abandona el cargo por las protestas desencadenadas en el país. Su renuncia es la tercera que sufre el país en los últimos días.

La comunidad internacional movilizará casi 253 millones de euros en ayudas de urgencia para la población del Líbano. Así lo han acordado líderes de 28 países, insituciones como la Unión Europea y el FMI, en reunion mantenida hoy por videoconferencia, con Francia y la ONU a la cabeza.

El ministro de Exteriores de Alemania ha anunciado que la videoconferencia de ayuda internacional para Líbano se ha saldado con una recaudación de 200 millones de euros en ayuda a la reconstrucción de la capital, Beirut, tras la gran explosión del martes que arrasó el puerto y buena parte de la ciudad. Francia se ha comprometido con 50 millones, Alemania 20, Kuwait y Qatar suman 80 millones más y la Comisión Europea aportará 63 millones de euros. La cifra rebasa los 115 millones de euros que la ONU ponía como listón a priori para la reconstrucción. 

El presidente español Pedro Sánchez ha pedido unidad y una acción internacional cooordinada de apoyo al Líbano, tras la tragedia del martes. Una semana después de la explosión España, este martes, enviará un cargamento de ayuda de emergencia que saldrá de la base de Zaragoza. Ángel García informa

Jesus Núñez es Codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Accion Humanitaria y ha pasado por los micrófonos de RNE, por el Diario 20 horas fin de semanaDiario 20 horas fin de semana, para hablarnos del contexto actual en Líbano y trazar unas líneas sobre la historia que le ha conducido a esa situación "aunque pueda resultar chocante no está tan claro que lo que necesite ahora el Líbano sea una Conferencia de Donantes, en el sentido que no estamos hablando de un país que no cuente con recursos propios y con capacidad y capital humano suficientes para encarar el futuro".

El contexto histórico de Líbano ha estado sometido tanto a unas dinámicas internas como externas que han llevado a esta situación actual "literalmente explosiva". Por una lado la dinámica interna "con un reparto de poder basado en el peso demográfico de las distintas comunidades religiosas que hay en el país. 18 reconocidas desde el principio de su historia independiente y que determinan que a partir de ahí hay un sistema de reparto de cuotas de poder y por tanto de reparto de recursos económicos y feudos territoriales que en lugar de pensar en la totalidad del país piensan más en la defensa de esos feudos".

Y del otro lado la dinámica externa que ha convertido al Líbano, desde hace mucho tiempo, en el lugar en que "potencias territoriales, las monarquías del Golfo, pero también Siria y otros actores locales y potencias globales como Estados Unidos y también Francia han intentado cada uno defender sus intereses manejando los actores locales". Todo eso ha llevado al empeoramiento de las condiciones de los libaneses en bienestar y seguridad "con una crisis económica, más la sanitaria que se han unido para configurar un contexto inestable y con un futuro muy negro".

Lo que los libaneses vienen demandando de forma reiterada, 6,8 millones de habitantes "es que se vayan todos. Todos quiere decir desde el presidente Michael Aun, hasta el primer ministro Diab, hasta el peso que tiene Ahsralá como cabeza visible del movimiento político y milicia Hezbollah. Dicho coloquialmente es un órdago a la grande. Asumir ese reto y llevarlo a la práctica...nadie tiene el timón de la nave para asegurar que se pueda hacer sin más inestabilidad"

El Líbano es un país complejo y volátil, como la imagen que quedó tras la explosión del martes. La deflagración llegó desde su histórico puerto y dejó al descubierto la multicrisis que ahoga al país: económica, social, sanitaria y humanitaria, agravada por el coronavirus. La peor situación en el peor momento.

Eduardo de la Chica, un español residente en Beirut (Líbano), ha relatado a TVE oleada de protestas en la ciudad que pedían la dimisión de las autoridades por la explosión que destrozó el puerto el pasado martes y dejó más de 150 muertos.  "La revolución del año pasado ha vuelto con más furia", ha dicho mientras grababa como llegaban los camiones con ayuda humanitaria y los voluntarios atienden a los colectivos más vulnerables. 

La ministra de Información de Líbano ha presentado su dimisión este domingo en que se esperan nuevas manifestaciones tras la jornada de movilizaciones de la víspera, marcada por los asaltos a algunos ministerios de enfurecidos libaneses contra una clase dirigente acusada de negligencia por la explosión devastadora en el puerto de Beirut. Ante la magnitud del drama y la rabia de la población, la ministra de Información manal Abdel Samad anunció su dimisión, la primera del ejecutivo que preside el denostado Hasan Diab, desde la explosión del martes que dejó al menos 158 muertos, más de 6.000 heridos y a 300.000 personas sin hogar. Este domingo proseguía la búsqueda de desaparecidos.

35 países participan en estos momentos en la Conferencia Internacional de ayuda al Líbano. Entre los asistentes el presidente Pedro Sánchez. España tiene una fuerte presencia en el país, participa en la misión de la ONU y el próximo martes enviará un primer avión con ayuda para la población, ya que tras la explosión muchas personas quedaron sin hogar y hay mucho que reconstruir. Información de Ángel García.

Esta madrugada regresan a España los bomberos andaluces de la ONG GERCCMA que han trabajado en Beirut, en los escombros de una ciudad devastada por la gran explosión en busca de supervivientes. Secundina García ha estado hablando con ellos y le han contado que el trabajo allí era una "lucha contrarreloj" porque podía haber personas con vida entre los edificios. Son 5 bomberos de Málaga, Granada y Sevilla y sus perros especializados. Vuelven sin haber encontrado supervivientes pero trabajando sin descanso.