Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Washington, esta opinión compartida se debe en buena parte a quién es el sustituto. Escasos minutos después de que McChrystal presentara su renuncia forzada ante el presidente Obama, la Casa Blanca publicaba una foto de la primera reunión del gabinete de seguridad nacional ya con el general David Petraeus como comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán.La noticia de la marcha de McChrystal ha sido recibida con lacónico respeto por el gobierno afgano.

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, le ha dicho a Obama por teléfono que la eventual destitución de McChrystal no ayudará a resolver el conflicto en su país. Pero Obama sopesa relevarle, aún sabiendo que no es fácil encontrar a un nuevo responsable de la estrategia militar en Afganistán.

Buscar en Google una dirección, utilizar un GPS o conseguir un mapa exacto de daños después de un incendio sería muy difícil sin la fotografía y la cartografía aérea. Los primeros que vieron su utilidad fueron los militares.

Son las palabras del primer ministro del Reino Unido después de que la investigación de los incidentes del llamado 'Domingo sangriento' haya constatado que soldados ingleses dispararon sin motivo contra una manifestación matando a 14 civiles.

David Petraeus, que según algunos medios locales no había desayunado y podía haber estado deshidratado, abandonó el salón por su propio pie y la audiencia fue interrumpida brevemente.

Aquel "Domingo Sangriento" 13 civiles católicos murieron abatidos por balas del ejército británico. La investigación ha durado 12 años y es la más larga y más cara (230 millones de euros) de la historia del Reino Unido.

La ministra de Defensa, Carme Chacón, asegura que en su departamento se ha sido consciente de la necesidad de apretarse el cinturón desde el comienzo de la crisis económica. Eso sí, advierte que no se hace a costa de la seguridad de las tropas en misiones en el exterior. Pone como ejemplo la retirada en Afganistán de los antiguos BMR, sustituidos por vehículos más sofisticados contra la principal amenaza en la zona, las minas colocadas por la insurgencia talibán (15/06/10).

Llevaban 12 años secuestrados por las FARC y entre ellos hay un general, el rehén de mayor rango en manos de la guerrilla. La operación la ha dirigido el propio presidente Álvaro Uribe, a unos días de las elecciones de las que saldrá su sustituto.