Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Al menos 22 personas han resultado heridas, aunque no de gravedad, a causa de una explosión en el Metro de Londres que la Policía Metropolitana investiga como "acto terrorista" y que se ha cometido con un artefacto casero.

El ataque ha ocurrido este viernes a las 8:21 hora local (9.21 hora peninsular española) en la parada de metro de Parsons Green, en el suroeste de Londres, en un vagón de la línea District, una de las más importantes, y en plena hora punta. La circulación de trenes entre las estaciones de Earls Court y Wimbledon se ha interrumpido.

El artefacto de la explosión, que provocó "una bola de fuego" en un tren repleto de pasajeros, consistía en un cubo blanco de plástico que estaba dentro de una bolsa de supermercado en el vagón del convoy, con capacidad para 865 personas.

Según indicaron varios medios, la bomba de fabricación de casera no llegó a explotar completamente, lo que también podría aportar información adicional a los expertos, que tratan de determinar el método de fabricación, los productos químicos y el tipo de detonador.

La autoridades británicas han confirmado que investigan un "incidente" en el metro de Londres por una explosión. Varios medios de comunicación aseguran que se ha producido una explosión en un vagón y varias personas han resultado heridas con quemaduras.

Ha ocurrido en la parada de metro de Parsons Green, en el suroeste de Londres, en un metro de la línea District, una de las más importantes de la ciudad. Al lugar se han desplazado ambulancias y policía armada. La circulación de trenes entre las estaciones de Earls Court y Wimbledon se ha interrumpido.

  • En Portada recorre la frontera invisible que une Alemania y Francia
  • Gane quien gane las elecciones en Alemania, se reforzará el motor París-Berlín

La investigación oficial sobre el incendio que destruyó el pasado junio la torre residencial londinense Grenfell, en el que al menos 80 personas perdieron la vida, ha empezado este jueves en la capital británica. La pesquisa, a cargo del juez retirado Martin Moore-Bick, evaluará las causas del fuego y la forma en que se extendió, las regulaciones en materia de edificios altos y la respuesta de las autoridades locales del oeste de Londres, donde está la torre. También analizará el diseño, la construcción y la remodelación del edificio, cuando se añadió un revestimiento externo que al parecer tenía polietileno, altamente inflamable.

El incendio empezó por el fallo de un frigorífico en una de las plantas y se extendió con rapidez por los 24 pisos del edificio, formado en su mayoría por apartamentos de protección social. Moore-Bick, al dar comienzo a la investigación, aseguró que esta pesquisa "puede y dará respuestas" a la pregunta de cómo pudo ser que un incendio así ocurriera en el siglo XXI en Londres. El magistrado inició su labor en presencia de víctimas y vecinos de la torre, que se quejaron de la falta de respuestas inmediatas por parte de las autoridades locales para ayudar a los más de 400 residentes del edificio. El juez agregó que confía en que su trabajo pueda dar "algo de consuelo" a los afectados y reconoció la "ira y traición" que sienten los sobrevivientes, pero puntualizó que su objetivo es evaluar las pruebas con "calma". Moore-Bick subrayó que su misión es "llegar a la verdad con la ayuda de todos los que tengan pruebas relevantes que aportar. Es un proceso que debería ser esencialmente de cooperación".

"Sé que los últimos meses el mundo cambió para los que viven en North Kensington (donde está Grenfell) y que ex residentes de la torre y los vecinos sienten una gran sensación de ira y traición. Esto es totalmente natural y comprensible", añadió. "Pero si la investigación quiere conocer la verdad de lo ocurrido, debe buscar todas las pruebas y evaluarlas", recalcó.

Una masa de 130 toneladas de toallitas húmedas, pañales, aceite y otros deshechos bloquean un tramo del alcantarillado del este de Londres. Los operarios calculan que pueden tardar hasta un mes en limpiarlo. Las autoridades piden a los londinenses que tiren este tipo de residuos a la basura, y no por el inodoro.

La primera jornada de protesta contra la reforma laboral del presidente de FranciaEmmanuel Macron, ha movilizado este martes a centenares de miles de personas en el país, aunque no ha tenido la amplitud suficiente para doblegar la voluntad del Gobierno. Según el Ejecutivo, han salido a la calle unos 220.000 manifestantes. Por su lado, el sindicato CGT afirma que se han movilizado "más de 400.000 personas en toda Francia", según el líder de esta formación, Philippe Martínez.

Las protestas rechazan la flexibilización del mercado laboral que el Ejecutivo pretende aprobar por decreto el próximo día 22. A pesar de los paros y disturbios registrados, la participación ha sido inferior a los 450.000 manifestantes registrados por CGT hace medio año en las huelgas convocadas contra una reforma más tibia, que finalmente sacó adelante el socialista François Hollande.

En esta ocasión, las acciones se han traducido en anulaciones de vuelos y retrasos en los trenes, pero no han creado la sensación de parálisis. La amplia victoria de Macron en las presidenciales de mayo pasado, refrendada en junio en las legislativas, con un programa en el que la reforma laboral figuraba entre uno de los puntos destacados, parece haber anestesiado en parte la contestación de la calle.