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Los más de 190 países que asisten a la Cumbre de Cancún han adoptado un principio de acuerdo para aplazar el período de vigencia del protocolo de Kioto y aumentar la "ambición" de los recortes de emisiones contaminantes. Bolivia, en desacuerdo, ha anunciado que va a recurrir la decisión.

A pocas horas de que finalice la Cumbre del Clima de Cancún no se ha llegado a ningún acuerdo. Las diferencias entre economías ricas y países emergentes y, sobre todo, la inamovible postura japonesa de no prorrogar el Protocolo de Kioto, pueden provocar el fracaso de la Cumbre. Los 190 delegados que han estado reunidos en esta ciudad mexicana durante los últimos 10 días intensifican las negociaciones para 'lavar la cara' de una reunión que arrancó envuelta en pesimismo.

  • El país nipón ha ratificado públicamente su decisión en la Cumbre de Cancún
  • Persiguen un tratado único de reducción de emisiones global y vinculante
  • Los países en desarrollo advierten que si Tokio no cede, la cumbre fracasa

Tras el fracaso de la última reunión (Copenhague 2009), la de Cancún llega marcada por un ambiente de transición, aunque según los expertos hay pocas esperanzas de progresos reales, pero se confía en que se puedan sentar las bases para la reunión definitiva que se celebrará el año que viene en Durban (Sudáfrica). Frente a las exageradas expectativas del encuentro celebrado el pasado año en el país nórdico, muchos analistas anticipan que, gracias al 'bajo perfil' del encuentro en Cancún, es posible que exista margen de maniobra para sentar las bases de un futuro tratado sobre la protección del medio ambiente y que pueda sustituir de manera efectiva al Protocolo de Kioto, que expira en diciembre de 2012.