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Un día después de la cumbre histórica de las dos coreas. Los medios estatales del régimen de Pyongyang anuncian que las ambas partes se comprometen a alcanzar la completa desnuclearización de la península coreana. Y han informado de la declaración conjunta del líder norcoreano Kim Jong Un y del surcoreano Moon Jae-in.

En un momento histórico entre dos naciones enfrentadas desde hace 65 años también hay instantes para la improvisación.Tras cruzar Kim Jong Un la línea divisoria entre las dos Coreas y pisar suelo surcoreano, estrecharse las manos hacia uno y otro lado, los dos líderes han vuelto a terreno oficial norcoreano y han cruzado juntos hacia dominios del Sur. En el libro de visitas Kim Jong Un ha dejado escrito este mensaje: "una nueva historia comienza ahora, el punto de inicio de una historia y una era de paz". La reunión se ha desarrollado en una mesa de 2018 milímetros de diámetro, en conmemoración al año que esperan que dé comienzo a esa 'nueva era'. De fondo, un cuadro del monte Kumgang, el monte Diamante, un símbolo de conciliación pero también recordatorio de los encontronazos pasados. No han olvidado aún que el fin de la guerra de Corea en 1953 se rubricó con un armisticio, no con un tratado de paz. De ahí que, a diferencia de los norcoreanos, los altos mandos del Ejército surcoreanos no hayan proferido saludos militares a Kim Jong Un. El abandono del programa nuclear de Corea del Norte y la paz son las máximas aspiraciones de una cumbre que parece dejar los derechos humanos en un segundo plano. Casi todo el planeta ha podido seguir en directo este histórico momento a través de la televisión, pero los norcoreanos no.