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Las negociaciones de Irán sobre su programa nuclear con representantes de las grandes potencias mundiales (el grupo denominado P5+1) se han reanudado en el segundo y último día de esta ronda que debe sentar las bases para un próximo acuerdo y en el que se ha vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de las inspecciones sorpresa.

Representantes de Irán, la UE, Estados Unidos, Rusia y China han comenzado este martes en Ginebra una nueva ronda de contactos para relanzar las negociaciones sobre el programa nuclear de la República Islámica.

Esta serie de reuniones están precedidas de una gran expectativa por ser el primer encuentro formal sobre el expediente nuclear iraní tras el cambio de poder en Teherán y la llegada del presidente Hasán Rohaní, con un perfil más moderado que su predecesor y quien ha expresado su voluntad de dejar atrás la confrontación con Europa y EE.UU.

EE.UU., Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania se ha reunido con el ministro iraní de Exteriores, Javad Zari, para sentar las bases de un diálogo histórico sobre el programa nuclear de Irán. En octubre se celebrará una segunda reunión en la que se esperan avances respecto al levantamiento de sanciones a Irán, para lo cuál deben cumplir los criterios marcados.

En este rincón de la estepa kazaja los soviéticos detonaron 500 bombas atómicas, contaminaron a la población. Efectos sobre los habitantes se mantuvieron en secreto durante décadas.

El presidente de Irán, Hasán Rohani, ha asegurado este martes, en una entrevista con la cadena estadounidense NBC News, que su país nunca desarrollará armas nucleares y que su Gobierno tiene total autoridad para llegar a un acuerdo que resuelva el conflicto con Occidente sobre el programa nuclear iraní.

"Bajo ninguna circunstancia desarrollaremos armas nucleares", ha subrayado Rohani en una entrevista con la cadena NBC News. "Nunca hemos perseguido o buscado un arma nuclear, y no vamos a hacerlo. Buscamos solamente una tecnología nuclear pacífica", ha añadido.

Rohaní, que asumió el poder a comienzos de agosto, afirmó que su Gobierno no enfrenta trabas para conversar con Occidente sobre el programa nuclear, sugiriendo que cuenta con la aprobación del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei.

La entrevista con NBC News, la primera que concede a una televisión estadounidense, llega poco antes de que Rohaní visite Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU, que tendrá lugar del 22 al 27 de septiembre.

  • Viajamos al Este de Kazajistán, al epicentro de las pruebas nucleares soviéticas
  • En la zona conocida como El Polígono se detonaron casi 500 bombas atómicas
  • Dos décadas después del fin de los ensayos, éstos se siguen cobrando víctimas
  • El eje del reportaje es la historia de Berik Syzdikov, afectado por la radiación
  • Hijos de la guerra atómica se estrenó el 19 de septiembre en La 2

Han pasado más de 20 años desde el fin de las pruebas nucleares soviéticas en el Este de Kazajistán, pero allí la Guerra Fría seguirá cobrándose víctimas durante generaciones. Un equipo de En Portada ha entrado en El Polígono, la zona donde se detonaron cerca de 500 bombas atómicas desde finales de los años 40, y donde aún miles de personas sufren las consecuencias del sueño nuclear soviético, personas como Berik Syzdikov, el joven cuya historia sirve de hilo conductor a nuestro relato. Hijos de la guerra atómica se estrena el 19 de septiembre a las 22.50 h en La 2 de TVE.

La ciudad japonesa de Hiroshima ha conmemorado este martes el 68 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica que se cobró la vida de cientos de miles de sus ciudadanos al final de la II Guerra Mundial, con una ceremonia en la que se ha pedido el fin de la proliferación nuclear.

Durante el memorial, celebrado en el Parque de la Paz de la ciudad, se ha guardado un minuto de silencio.

A esa misma hora, el B-29 Enola Gay de las Fuerzas Aéreas de EEUU lanzó el 6 agosto de 1945 el que sería el primer ataque nuclear de la historia.

Se calcula que la bomba, que detonó con una intensidad de unos 16 kilotones a unos 600 metros de altura muy cerca de donde hoy se levanta el mencionado parque, acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas.

Sin embargo, para finales de 1945 los muertos se elevaban a unos 140.000 y las víctimas por la radiación en los años posteriores fueron muchas más.