Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Los padres de Gabriel Cruz han denunciado el tratamiento por parte de algunos medios de comunicación de las informaciones sobre el caso al haber publicado "titulares que no fueron ciertos" y “la interferencia” que han provocado “en ocasiones” en la investigación, cuando la autora confesa del crimen, Ana Julia Quezada, salía a desplazarse y era seguida por los medios en los días previos a su detención.

Los asesinatos de menores son considerados en el Código Penal español como homicidios agravados y las penas son más elevadas que en otros casos. Un crimen se considera agravado cuando hay alguna circunstancia agravante como alevosía. La única persona a la que se ha aplicado hasta el momento la prisión permanente revisable es el parricida de Moraña que acabó con la vida de sus hijas.

Los expertos aseguran que en más de la mitad de los crímenes de menores el agresor está en el entorno más cercano. Así ha ocurrido en el caso de Gabriel Cruz, en Almería, en el que la pareja del padre ha confesado haberlo matado. Otros casos recientes son el del padre de Moraña, que en 2015 degolló a sus dos hijas, y en Sevilla, el de Miguel Carcaño, el amigo de Marta del Castillo que acabó con su vida.

Agentes de la Guardia Civil se han trasladado de nuevo con Ana Julia Quezada a la finca de Rodalquilar (Almería) después de que la detenida haya confesado este lunes que mató a Gabriel, el hijo de 8 años de quien era su actual pareja. La investigación en la finca donde supuestamente ocultó el cuerpo del menor, se centra en buscar el hacha con la que presuntamente golpeó al niño.

Cientos de personas se han congregado este martes en la Catedral de La Encarnación de Almería y en los alrededores para dar el último adiós a Gabriel Cruz, el niño de 8 años desaparecido el 27 de febrero en Níjar (Almería) y cuyo cadáver fue encontrado en el maletero del coche que conducía Ana Julia Quezada, pareja sentimental del padre del pequeño y detenida por su presunta implicación en el crimen.