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¿Por qué nos aburrimos las personas?

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¿Por qué nos aburrimos?
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Todos hemos experimentado en más de una ocasión esa sensación de aburrimiento que se apodera de nosotros. Pero, ¿por qué ocurre? ¿Cómo nos afecta? En Ahora o Nunca, el magacín de La 1 de RTVE han desvelado todo esto y más sobre el aburrimiento. ¡Sigue leyendo para descubrirlo!

¿Por qué nos aburrimos?

Todos hemos experimentado esa sensación en la que el aburrimiento se convierte en protagonista sin saber muy bien los motivos. Mónica López, presentadora del espacio de La 1, ha explicado que este sentimiento suele aparecer ante una situación insatisfactoria y monótona: “Al tener una impresión de quietud, se ralentiza la percepción del tiempo disminuyendo el interés y desemboca en hastío”.

Hay cinco tipos de aburrimiento y varían según actúe la persona ante él. Tenemos el apático y el indiferente: en estos casos el sujeto es pasivo. También está el aburrimiento de calibración, el de búsqueda y el reactivo. En estos tres tipos, la persona busca abandonar el aburrimiento de manera proactiva o dejándose llevar por inputs externos.

¿Qué ocurre en nuestro cerebro cuando nos aburrimos?

Cuando nos aburrimos aumenta la actividad en la red neuronal, una red de circuitos que aparece cuando no prestamos atención y que gasta gran parte de la energía que consume nuestro cerebro.

En nuestro cuerpo, el aburrimiento disminuye nuestro estado de excitación nerviosa. Aparece somnolencia y aumentan los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esta hormona es la causante de que el aburrimiento nos produzca desagrado.

El aburrimiento, una señal que nos avisa para cambiar algo

Sin embargo, para sorpresa de muchos, también es aconsejable que experimentemos el aburrimiento. ¿El motivo? Según han contado en Ahora o Nunca, esto puede modificar nuestro estado cerebral haciéndonos más creativos, resolutivos y tolerantes.

Este fue el día más aburrido de la historia

El 11 de abril de 1954 es considerado el día más aburrido de la historia. Se sabe gracias al científico británico William Tunstall-Pedoe que, en 2010, obtuvo la solución gracias a uno de sus programas. Contrastó más de 300 mil hechos históricos concluyendo que el día más aburrido de la historia fue ese, el 11 de abril de 1954. Un domingo en el que no ocurrió absolutamente nada.