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Abriendo el armario de la enfermedad mental: Esquizofrenia

  • ¿Por qué tenemos pudor a decir que tenemos una enfermedad mental?
  • ¿Cómo tratamos a las personas que lo sufren?

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1 de cada 100 persona sufren esquizofrenia.
1 de cada 100 persona sufren esquizofrenia. Unsplash

Desde hace unos años hemos ido sacando del armario a la ansiedad o a la depresión, ahora las miramos con otros ojos. Han dejado de ser ese "tema tabú" del que es mejor no hablar, como si por dejar de hacerlo se fuera a solucionar. En Tras la tormenta recibimos a la psiquiatra Anabel González para seguir abriendo la puerta de la salud mental a otro trastorno, la esquizofrenia. Acompáñanos.

Desde hace años se ha popularizado el uso de la expresión "salir del armario" en otros contextos pero siempre se ha referido a algo que tenemos oculto. Las enfermedades mentales han sido un claro ejemplo aunque cada vez abrimos un poco más la puerta de ese armario.

La ansiedad y la depresión son dos trastornos que ya han salido de ahí, más o menos. Cada vez es más frecuente que personas que lo padecen hablen de ello con naturalidad, lo mismo que haríamos con un esguince de tobillo. La esquizofrenia es una enfermedad común en nuestro país y que apenas se habla de ella. 1 de cada 100 personas la sufren. "Es una de las patologías que más vemos", explica Anabel.

¿Qué es la esquizofrenia?

La esquizofrenia está considerada como un trastorno mental grave debido a que supone una alteración de la capacidad de pensamiento y afecta también a la percepción de la realidad. "Tú puedes percibir cosas que no están ahí y se produce una desorganización muchas veces a nivel de la conducta y a nivel del funcionamiento de la persona", explica la psiquiatra sobre sus efectos.

¿Qué es la esquizofrenia?

Se sabe que este trastorno tiene "cierta base genética", esto no significa que porque lo tengan familiares cercanos lo vayas a tener. Tus genes van a influir pero de igual manera lo harán agentes externos como las drogas o el maltrato infantil. No todas las drogas juegan el mismo papel, por ejemplo, la heroína no desencadena este tipo de brotes pero otras como el cannabis o el alcohol tienen una relación muy estrecha con estos trastornos. Por otro lado, un estudio de Filippo Varese reveló que si no existiese el maltrato infantil, 1 de cada 3 trastornos mentales graves no se producirían. Cabe recalcar que estos son solo algunos de los factores que conocemos pero hay muchos más y probablemente haya muchas variables que no contemplamos porque aún las desconocemos.

¿Cuándo se suele detectar este trastorno y cómo se trata?

La esquizofrenia es un trastorno que queda de por vida, se puede controlar pero siempre va a permanecer contigo. Pero, ¿cuándo aparece?

Cada caso es un mundo pero sí es cierto que no es muy común que se detecten casos durante la infancia. "Lo más frecuente es que aparezca en la adolescencia, hay un proceso de cambio a nivel cerebral importante y hay millones de hipótesis de por qué ocurre eso pero sí que sabemos que se produce ahí", explica la psiquiatra sobre a qué edad se suele detectar este trastorno. Como hemos dicho antes, los genes tienen importancia así como el uso de drogas o los traumas infantiles. Cuantos más factores acumules, más posibilidades tendrás de sufrir esquizofrenia o brote psicótico.

Una vez ha sido diagnosticado, ¿cómo se trata este trastorno?

Si hablamos de los tres factores mencionados anteriormente, se deben tratar de forma individualizada y atajarlos por separado. Uno de los tratamientos más efectivos es la medicación ya que disminuye el efecto del brote y la posibilidad de recaída. En algunos casos produce la desaparición completa del problema y permite a los pacientes llevar una vida bastante normal. La rehabilitación es otro proceso muy interesante para estos casos, más si hablamos de un caso con mucha carga traumática.

"Si estamos consumiendo drogas hay que parar en seco una vez que se abre esa puerta. Es muy, muy importante no hacer nada que pueda volver a abrirla otra vez, porque sí que sabemos que cuantas más veces se repite es como si le pasara un tsunami al cerebro y el deterioro va siendo mayor", explica Anabel sobre el incremento de afectación si se repite el brote.

¿Cómo tratamos a las personas que lo sufren?

No nos genera ningún debate interno decir que tenemos resfriado o que nos hemos roto la rodilla pero sí nos cuesta hablar de lo que sufre nuestra cabeza. En los últimos años hemos ido normalizando hablar de depresión o ansiedad pero la esquizofrenia, por ejemplo, sigue dentro de ese armario. ¿Por qué?

Pues en parte es nuestra culpa como sociedad. Es culpa de la forma que tenemos de mirar al paciente, de juzgarlo y hacerlo creer que su enfermedad es culpa suya o que podía haber hecho algo para evitarlo, cuando no es así. Pero no mirar a estas personas o hacerlo de manera negativa, nos ayuda a distanciarnos y no identificarnos con ellos. Y deberíamos empatizar mucho más con ellos pues nadie está exento de padecer una enfermedad de este tipo.

La prensa ha hecho mucho daño asociando ciertas actitudes violentas con la esquizofrenia u otros trastornos. "Lo cierto es que no hay unos índices de violencia tan marcadamente. Una persona en medio de un brote puede hacer algo, alguna cosa desorganizada, pero muchas veces lo hace contra sí mismo", aclara nuestra psiquiatra sobre los comportamientos durante un brote.

La ausencia de recursos para las enfermedades mentales graves desgasta a las familias

Anabel nos cuenta que una persona que sufre esquizofrenia puede estar encerrada en casa y no pedir ayuda mientras que una persona que sufre ansiedad puede ser más insistente en la búsqueda de tratamiento. Por eso es tan importante que las personas con trastornos graves estén acompañados, vivan con alguien, acudan a asociaciones porque sino se producen situaciones realmente dolorosas. "A veces te veías en las guardias con un paciente que llegaba con estas características, que no estaba como para ingresar porque tampoco estaba en pleno brote y tenías que mandarlo debajo de un puente. Es que no había otra opción. Entonces se ha mejorado un poquito respecto a ese momento, pero ni de lejos lo que haría falta", narra Anabel sobre gente que vivía sola o con pocos recursos y las dolorosas decisiones que a veces ha tenido que tomar.

Ayudar a gente con la percepción distorsionada es muy complicado y el paciente debe de participar y tomar decisiones. Por eso es tan importante tener asociaciones que ayuden y cumplan una función para que nuestra sociedad puede cuidar de la gente que lo necesita y no caer en la negligencia social de la que venimos.