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El triste motivo por el que Marta se ve obligada a robar en 'La Moderna'

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Marta vuelve a robar una peseta

Marta nos ha sorprendido a todos en los primeros días de apertura de La Moderna. La pequeña se ha ganado el corazón de los espectadores con su naturalidad, su simpatía y su cariño. Sin embargo, en tan solo una semana de emisión, hemos podido ver como la joven pasa de ser una afortunada por trabajar en el salón de té, a convertirse en la víctima de su tío Higinio, un avaricioso que intentará aprovecharse de la situación de su sobrina.

Se convierte en la protegida de Antonia

Conocimos a Marta el primer día. La joven miraba a través del escaparate como las señoras del salón de té disfrutaban de diferentes dulces. Fue entonces cuando Antonia la vio, y a regañadientes siguió las órdenes de Teresa de espantar a la chiquilla para que no molestara a las clientas. Pero ahí vimos por primera vez el buen corazón que tienen Marta y Antonia, y la sintonía que sienten entre las dos. La veterana dependienta le ofreció un pastel del Pietro para que la joven se fuese con el estómago más lleno. Fue un pequeño regalo que quiso hacerle Antonia, pero Marta no quiso aceptar regalos ni limosnas y le ofreció a cambio un broche “que siempre le había traído suerte”. Antonia aceptó porque comprendió que Marta no quería caridad, aunque bien sabemos que no habría hecho falta.

Al día siguiente, Marta decidió volver al salón de té con la intención de presentarse a las entrevistas para dependientas. La chiquilla le mostraba sus respetos a Antonia y le decía: “Me gustaría trabajar aquí como usted, de dependienta o de lo que sea”. La dependienta no duda en echarle una mano y le aconseja que mienta a don Fermín, el dueño del salón de té. Aunque Marta se sorprende por el consejo, acepta que “una mentira piadosa”, como dice Antonia, no hará mal a nadie. Así pues, cuando llega don Fermín, le explica que es de Burgos, el mismo lugar del que él procede, y alguna cosa más, y el dueño queda tan sorprendido y contento que decide contratarla.

Marta busca trabajo en el Salón de té La Moderna

Don Fermín descubre sus mentiras

Marta acude feliz a trabajar los primeros días, incluso esforzándose más que cualquiera, dedicando un tiempo extra a aprender a empaquetar los pasteles o la enumeración de las mesas, pero pronto Teresa descubre el engaño por un despiste de Marta y no duda en contárselo a Fermín. El dueño del salón de té se enfada tanto con Marta como con Antonia, que lleva trabajando más de una década en su establecimiento. Antonia y Marta se disculpan, pero Fermín no está convencido. Se siente engañado y no sabe si será posible que las dos mantengan su puesto en el salón de té, pero la determinación de la veterana dependienta hace que Fermín se replantee la situación: necesitan dependientas y ahora mismo no podrían permitirse perder a dos, y menos a alguien tan valioso como Antonia.

Todo se resuelve cuando Antonia se compromete y decide “responder” por Marta. La joven chiquilla le ha parecido ser una persona de confianza, buena gente, pero con mala suerte en la vida, y por eso, ella va a intentar ayudarla en todo lo que sea necesario. Sin embargo, no sabe que todo se complicará, cuando Marta decida coger una peseta que se ha caído al suelo en el salón de té.

Don Fermín descubre el engaño de Antonia

Marta se convierte en ladrona a la fuerza

Marta simplemente se enconde esa peseta en el suelo creyendo que no hace ningún mal a nadie, pero cuando llega a casa con algunos regalos para su tío Higinio, este descubre la verdad. Su sobrina ha robado una peseta en el salón de té, aunque estuviese caída en el suelo y ellos tengan mucha necesidad, él considera que Marta no debería haberse quedado con lo que no es suyo. Para él, el correcto proceder habría sido devolverle el dinero a Teresa. Higinio se enfada tanto que Marta se avergüenza y le pide perdón, promete que nunca más volverá a hacerlo. Y si por ella fuese, eso habría seguido así, pero unos días más tarde todo cambia.

Higinio descubre que Marta ha robado

Esta vez es Higinio quien le pide a su sobrina que coja una pesetilla del salón de té. Ahora sí, Marta sabe que eso sería robar, no es lo mismo una peseta caída, que cogerla de la caja de Teresa. Por eso, desde el principio se niega, pero su tío la chantajea, se aprovecha de ella, “la de veces que yo me he sacrificado para ponerte un plato de comida en la mesa”, le dice. Y ella, poco a poco, con sus argumentos se deja convencer. Marta se siente culpable y al final, cede y se arma de valor para coger dinero de la caja de Teresa en el salón de té. Habrá que ver si esto se queda ahí y solo es un acto aislado, o si lo descubren Teresa o Fermín y qué pasará con Marta si la descubren y si Antonia, que ha prometido responder por ella, estará a salvo si esto pasa.