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'Los amantes del círculo polar': 25 años de la película que enamoró a toda una generación

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Najwa Nimri en 'Los amantes del círculo polar'
Najwa Nimri en 'Los amantes del círculo polar'

Contar una buena historia de amor y hacerlo sin caer en el cliché habitual es un reto para cualquier cineasta. Por eso, Los amantes del círculo polar, una de las cintas generacionales más potentes de Julio Medem, fue tan rompedora a finales de los noventa. Protagonizada por dos de los actores del momento, Najwa Nimri y Fele Martínez, que habían despuntado por sus éxitos junto a Alejandro Amenábar en Abre los ojos y Tesis, en esta ocasión, Medem se lanzó a una aventura formal pocas veces vista en el cine español: historias cruzadas, poesía visual y una narrativa fascinante.

Considerada por muchos una película de culto del cine español, Los amantes del círculo polar es una fábula de amor visceral. Ana y Otto —dos nombres capicúas— se enamoraron en el colegio, cuando tenían 8 años. A partir de ese momento, la cinta entrelaza sus vidas con una propuesta diferente, para aquel entonces, y cambios sorprendentes que mantiene al espectador atrapado entre la fantasía, el romance y el misterio. ¿Qué está pasando entre ellos? Desde el principio, los protagonistas tejen una red de conexiones, entre un niño cuyos padres se han separado y una niña que ha perdido a su padre. Medem manipula conscientemente los elementos de las historias de amor y con ello, el destino de sus personajes. La clave está en las miradas subjetivas: un amor visto a través de "Los ojos de Ana", pero también a través de "Otto en los ojos de Ana".

Fele Martínez y Najwa Nimri en el rodaje en Finlandia de 'Los amantes del círculo polar'

Fele Martínez y Najwa Nimri en 'Los amantes del círculo polar'

Laponia finlandesa: el rodaje más ártico del cine español

Los increíbles escenarios de la película, ayudan al espectador a sumergirse en esta trama como de ensueño e intriga, plagada de imágenes recurrentes e icónicas. Con Najwa y Fele viajamos hasta la Laponia finlandesa, en el límite del círculo polar ártico, bajo el sol de medianoche. Los escenarios son parte esencial de este viaje. Desde Australia hasta Finlandia, la puesta en escena es hipnótica y logra crear ese ambiente de irrealidad que atraviesa a Ana y Otto. También sirvió para que muchos se interesasen por descubrir aquel paraje del norte que, por aquel entonces, no era tan explorado por los turistas.

Inspirado en una historia (de desamor) real

El director se inspiró en una historia amorosa que tuvo siendo adolescente. Tenía algunos años más que sus protagonistas cuando se enamoró de su vecina. Como Ana, aquella chica tenía una madre vasca y un padre alemán, una referencia que se recoge en su película. En la cinta, el padre de Ana es un granjero vasco que rescata a un soldado alemán de la Luftwaffe durante los tiempos de la Guerra Civil. Según Medem, era una manera de juntar los dos lados de su familia. La escritura del guion llegó, además, después de divorciarse. El director confesó que fue entonces cuando experimentó la desesperación por primera vez de verdad y quería escribir una película que hablase del amor como la fuerza más poderosa de todas, algo que nunca termina en realidad.

'Los amantes del círculo polar', Julio Medem (1998)

'Los amantes del círculo polar', Julio Medem (1998)

La fotografía de la película también es reseñable. Encuadres que ofrecen las pinceladas de un universo muy particular, entre lo mitológico y los sueños. Ayuda mucho las inolvidables melodías compuestas por Alberto Iglesias, un trabajo por el que la película logró uno de sus dos Goyas, a Mejor música original. El otro fue a Mejor montaje, reconocimiento al grácil engranaje de los saltos en el tiempo de una película que comienza por el final y avanza hacia el principio.

¿Dónde se puede ver Los amantes del círculo polar?

Por supuesto, como toda película romántica de culto, de ella se han quedado innumerables frases para el recuerdo. Entre las más repetidas, aquel “me gusta que haga frío”, “toda caduca con el tiempo, el amor también”, “cuando hace frío, la mayoría de las cosas van más deprisa”, o la más memorable de todas (escrita en aquella nota que Ana le pasa a Otto cuando eran niños): "Esta noche te espero en mi cuarto. Salta por la ventana. ¡Valiente!". No te pierdas Los amantes del círculo polar (1998), ya disponible en RTVE Play.