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Verónica tras su experiencia en El Bohío: "Siento que ahora estoy mucho más preparada para enfrentarme al Basque Culinary Center"

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Verónica junto a Pepe Rodríguez y el equipo de El Bohío
Verónica junto a Pepe Rodríguez y el equipo de El Bohío

El mes de agosto es, habitualmente, para descansar, pero Verónica (duelista de MasterChef 10) tuvo claro que todavía podía exprimir un poco más la experiencia MasterChef. Es por ello que durante todo ese mes se sumergió en las cocinas de El Bohío, el restaurante de Pepe Rodríguez (1 Estrella Michelin) para conocer de primera mano el funcionamiento de una cocina profesional. “He estado un mes, pero siento que he estado seis, porque el ritmo es muy frenético”, señala Verónica. Entusiasmo y ganas de aprender no le han faltado. Incluso visitó semanas antes El Bohío como comensal para probar el menú y saber de antemano lo que cocinaría en las semanas siguientes.

Como es habitual cada vez que llegamos a un sitio nuevo, Verónica sintió miedo porque salía de su zona de confort. Pero en El Bohío la recibieron con los brazos abiertos. “Me he sentido muy a gusto, porque todo el equipo ha tenido mucha paciencia conmigo”, añade. Ha tenido la suerte de trabajar en los turnos de los dos servicios (el de comida y el de cena) y, por tanto, conocer las particularidades de cada uno de ellos. Asimismo, también ha podido rotar por las diferentes partidas: carnes, snacks, repostería… Solo ha faltado pescados, que por tiempo, no ha tenido la posibilidad de profundizar. “Esto me ha dado una visión muy grande de cómo funcionan todos los pases y todos los menús”, destaca.

Además de hacer buenas migas con todo el equipo, se lleva un arsenal de recetas que han compartido con ella. “Aprendí a hacer los callos de Pepe, que es algo que me hacía mucha ilusión porque son de los mejores callos que he probado”, explica.

No es ninguna novedad que Verónica es una persona todoterreno. Este intenso mes de aprendizaje en El Bohío lo ha compaginado con sus proyectos personales: COL –una despensa online que ofrece desde especias variadas hasta delantales y productos de cerámica-, las clases de yoga que imparte y la creación de contenido para redes sociales. ¡Preparar y compartir las recetas tan ricas que nos muestra a través de su perfil de Instagram lleva su tiempo!

Confiesa que si hubiera podido, habría visitado también las cocinas de los restaurantes de Jordi y Samantha “para aprender de cada uno de ellos”. Sin embargo, Donosti y el Basque Culinary Center llaman a su puerta, así que Verónica se embarca en una nueva aventura para la que, definitivamente, está más que preparada.