Nadie conoce el underground de Nueva York como Lucy Sante

• Página Dos entrevista a la crítica cultural, que ha dedicado sus libros a los márgenes y los bajos fondos
• La autora, de origen belga, es una firma habitual en The New York Times, Harper’s Bazaar o Granta
• Sante recuerda un Lower East Side «donde podías alquilar un apartamento entero por 150 dólares al mes»

Sexo, cowboys y rock'n'roll: la América salvaje de Lucy Sante

¿Qué ha hecho de Lucy Sante una de las mejores retratistas urbanas? La capacidad de observación, sin duda, pero eso viene de serie en todos los escritores. La falta de miedo. La predisposición a hablar con todo el mundo, hasta el último mono (especialmente con el último mono). Las ganas de huir del cliché y llegar hasta el final, rascar todas las capas hasta entender de verdad el esqueleto de una ciudad. Sante se fogueó en el underground de Nueva York, y eso curte.

Libros del K.O. acaba de publicar su Retrato underground, una recopilación de artículos publicados entre 1993 y 2020 dedicados a lo excéntrico, a los olvidados y a las subculturas. Textos sobre Patti Smith, las listas de los más buscados por el FBI, los cowboys, el amarillismo del New York Post, los artistas que viven con dos duros, Vivian Maier, ser joven en los ochenta en un lugar como Manhattan y otras reflexiones sobre los sedimentos que deja la contemporaneidad en nuestra experiencia cotidiana.

«Vivíamos en ese lugar llamado juventud donde todo es agotador y terriblemente definitivo un día y otro, y a un tiempo provisional, impreciso y sujeto a revisión preventiva. Rompíamos y nos reconciliábamos, una y otra vez, vivíamos juntas o vivíamos en extremos opuestos de la isla, hasta que ella se mudó al oeste y no volvió. (...) Era especialista en dar la nota. Te preguntabas sin cesar: ¿a qué viene eso? ¿Es que quiere satisfacer sus necesidades y conveniencias sin tener en cuenta los códigos sociales vigentes? ¿Pretende provocar? ¿Quiere reorganizar el mundo entero, empezando aquí y ahora?».

Lucy Sante se ha convertido en una de las observadoras más brillantes de la cultura contemporánea. A su manera, en una historiadora del low brow. En Libros del K.O. ha publicado Bajos fondos, El populacho de París y Mata a tus ídolos, uno de los libros favoritos del cineasta Jim Jarmusch. Vivió en Nueva York de 1968 al 2000, año en que se mudó por culpa de la gentrificación de la ciudad: pérdida de mezcla social, urbanismo sin carácter, turismo despiadado, falta de servicios, encarecimiento de la vivienda, borrado de la memoria histórica. Lo analizó en el ensayo Mi ciudad perdida.

«Casi todas las cosas interesantes que hay en Nueva York se relacionan con la música. Cuando tienes veinte años, prácticamente todo lo que haces, aparte de tu trabajo diario, está vinculado a la música. La música era inmensa, un mundo entero distinto del mundo triste en el que habías nacido.»

Lucy explica en su web el cambio más grande de su vida, con casi setenta años: «Comencé mi transición de género a mediados de febrero del 2021, cuando un rayo de luz apareció en mi caverna subterránea y pude ver a la vez toda la perspectiva de mi vida. La transición de género es algo que realmente debería haber emprendido en mi adolescencia, pero fue imposible entonces y durante muchos años después. Ahora, en mis últimos años, me doy cuenta de que necesito vivir antes de morir, así que aquí estoy».