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A solas con Concha Velasco

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Daniel Galindo y Concha Velasco en una fotografía tomada en 2012.
Daniel Galindo y Concha Velasco en una fotografía tomada en 2012.

¿Cuándo mantuvo su primer encuentro con Concha Velasco? Piénselo. Es difícil, ¿verdad? Voy contando yo: como espectador seguro que fue alguna tarde de sábado junto a mi abuela, frente al televisor, pero mucho antes de que comenzara Cine de barrio, allá por 1995. Tampoco sé con exactitud qué obra de teatro fue la que nos unió, pero del teatro me acuerdo: fue en el Cervantes de Málaga. Y una de las primeras en radio también la tengo presente y me lleva hasta el extinto programa Contando historias, en Radio Exterior de España.

Concha Velasco es como Raphael, José Sacristán, Julia Gutiérrez Caba, Julieta Serrano, Carlos Saura, Mario Camus, Pilar Miró, Marisol… En mi caso siempre han estado pululando por ahí, en mi infancia, y a todos, salvo a Pepa Flores y Miró, he podido entrevistarles gracias a la radio y creo que sólo he pedido hacerme una fotografía con una persona, con ella. No, miento, también con Asunción Balaguer, junto con mi amiga Leticia Audibert, y con Geraldine Chaplin, pero se me extravió esa foto que nos tomaron en Valladolid cuando presentó en 2009 La isla interior, de Félix Sabroso y la desaparecida Dunia Ayaso.

Vuelvo a Concha y regreso a Mérida. En julio de 2012 se estrenó en su Teatro Romano con Hélade e hicimos allí El ojo crítico. Lo presentaba Manu Martínez en aquel momento y, por cuestiones de ensayos de los actores, tuvimos que grabar el programa a las cinco de la tarde frente al ayuntamiento emeritense y Nico García, responsable de prensa del Festival Internacional de Teatro Clásico durante muchas ediciones, me dijo que recogiera con media hora de antelación a Concha en el hotel, el Mérida Palace, a escasos 80 metros de nuestro estudio al aire libre, menos de un minuto de paseo.

“¡Qué exagerado que eres!”, le dije. Gran error de inconsciente y poco experimentado con esta grande en público, a la que había entrevistado pero en galas de la Unión de Actores o en encuentros de prensa, sin curiosos ni aficionados a sus trabajos, de manera que, al final, tardamos casi 20 minutos en recorrer, con la calorina en pleno mes de julio, el interior de la plaza de España: Concha se paraba con todos, con todos, hablaba con cada persona que se le acercaba y yo, asombrado, cogido de su brazo sin saber muy bien qué hacer salvo actuar de improvisado fotógrafo.

Ya sentados en el falso directo, Concha nos confesó que su sueño era hacer Hécuba y, cosas de su empeño, acabaría interpretando a la reina de Troya. Haría eso y mucho más hasta este pasado mes de septiembre cuando en su querido Teatro Calderón de Valladolid anunció que diría adiós a los escenarios días después en el Bretón de los Herreros de Logroño con la última función de La habitación de María, escrita por Manuel M. Velasco y dirigida por José Carlos Plaza.

Fue entonces cuando pensé que podríamos orquestar en RNE un bonito homenaje de cara a su primer cumpleaños alejada de la interpretación y el contacto directo con su público que tantas satisfacciones le había dado en más de 65 años de trabajo en televisión, cine, teatro y radio. Fue una forma de compartir lo que nos ha dado a cada uno de nosotros: hacer sentir único al que la saluda, la quiere, la entrevista… Esto nos lo cuenta Arturo Martín, director de Memoria de delfín, en ese especial de La sala, ya que tuvo la oportunidad de charlar con ella con motivo de la concesión del Goya de Honor 2013.

De película - Con Concha Velasco antes de recoger su Goya de Honor 2013 - Escuchar ahora

Nuestro archivo está repleto de horas de sonidos e imágenes con ella como protagonista y, a sabiendas de que no podríamos contar con ella en directo después de hablar con su hijo Manuel, activamos la maquinaria para poder pasar, cada uno de nosotros, sus espectadores, dos horas a solas con ella, con Concha Velasco.