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'Los vencejos', una invitación a la reflexión desde la mirada de un perdedor

  • Fernando Aramburu presenta su novela en De pe a pa cinco años después del éxito de Patria
  • "Muestra un personaje que hace un recuento de sus vivencias en un momento emocional inestable"

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Las mañanas de RNE con Pepa Fernández - 'Los vencejos' de Fernando Aramburu

¿Sabes que en Madrid en una determinada época del año sobrevuelvan por las cabezas de los viandantes cientos de vencejos? Si eres madrileño y no lo sabías, estás en el grupo de los muchos paisanos tuyos que no tienen ni idea de los vuelos de estos pájaros cuya silueta tiene forma de ballesta.

Sí conoce bien a estas aves el protagoinsta de la última novela de Fernando Aramburu, Los vencejos, un perdedor que ha tomado la decisión de suicidarse y supedita el cumplimiento de esta elección a la vuelta migratoria de esos pájaros. Se llama Toni y es un profesor de Filosofía de 54 años.

Mientras recibe unos anónimos con los que el lector irá descubriendo el porqué de esa drástica decisión, en sus últimos meses de vida el protagonista va narrando cómo ha sido su existencia. "Piensa que nadie va a leer esos escritos y no tiene freno, se sincera totalmente", ha explicado Aramburu en De pe a pa.

"No me gusta la vida, me parece un invento perverso (...) No he sido nada, no he llegado nada", así ve la vida y a sí mismo el protagonista. "No es una manera muy acogedora de recibir a los lectores porque muestra un personaje que hace un recuento de sus vivencias, en un momento emocional inestable", explica Aramburu. "Opta por un ejercicio de racionalización de la experiencia del suicidio. Se toma un año para analizar la decisión".

El odio, ¿una emoción innata al ser huano?

A Toni le cuesta establecer relaciones armónicas con sus semejantes, exceptuando la que tiene con su perra Pepa. "Me pareció entrañable darle este nombre porque estaba previsto que la relación del protagonsita con el animal fuera tierna", confiesa el escritor vasco afincado en Hannover.

En esos escritos lleno de sinceridad que el lector va descubriendo en la novela, Toni también habla de sus odios, de las personas a las que ha odiado o sigue odiando. "Es una especia de gastrónomo del odio y disfruta analizándolo. Es un odio que varía según la persona odiada y en la mayoría de los casos los destinatarios de sus odios no saben que son odiados por él", explica el escritor, quien también cree que odiar está en la naturaleza del ser humano y muchas veces es inevitable en alguna de sus variantes. "Ahora bien, hay que tener mucho cuidado con las acciones a las que nos puede llevar el odio porque entonces entramos en el terreno del delito, ahí hay que echar el freno automáticamente".

Para debatir y reflexionar

Toni valora más la amistad que el amor "porque el amor da mucho trabajo", dice, y se entiende por qué opina así cuando se conoce su propia experiencia. "Ha intentado el amor pero considera que ha fracasado en la paternidad, en el matrimonio... sin emabargo, la amistad con su amigo único, sí perdura, lo que sea que les une va a superarse a pesar de las discusiones".

Con este amigo, al que apoda Patachula, elabora una lista de certezas entre las que se incluyen la polémica aseveración de que "la tortilla de patata tiene que ser siempre con cebolla" y otras con mayor carga reflexiva como que "una causa por muy justa que sea se vuelve dañina tan pronto como la defienda un fanático".

En el libro aparecen otra buena cantidad de frases que invitan a reflexionar, otra de ellas es "en eso consiste la madurez, en resignarse a hacer un día y otro y otro, hasta la jubilación e incluso más allá, lo que a uno no le apetece. Por conveniencia, por necesidad, por diplomacia pero sobre todo por una cobardía que se va convirtiendo en hábito".

"Es una actitud muy extendida que en cierto modo viene dada por el pacto social", dice Aramburu, "Todos vamos a trabajar porque necesitamos el sueldo y tampoco tenemos a lomejor mucha elección y convivimos con personas que no nos caen demasiado bien pero tenemos que transigir".

Volver a escribir tras el gran éxito de Patria

Esta novela llega cinco años después del gran éxito que supuso Patria, obra con la que Aramburu obtuvo, entre otros, el Premio Nacional de Narrativa (2017), el Premio Francisco Umbral a la Novela del Año (2017) o el Premio de la Crítica (2016). Además se convirtió en una exitosa serie de televisión también.

"Cuando el éxito sobrepasa ciertas dimensiones tiene un inevitable ingrediente de trastorno en forma de viajes, de llamadas telefónicas, de compromisos innuerables que más que nada interrumpen el trabajo literario", dice el autor, quien asegura también que no ha sentido presión a la hora de sentarse a escribir por haber cosechado tantos éxitos. "Lo que me ha pasado con Patria ha sido satisfactorio. Me ha abierto muchas puertas, muchos lectores y me ha dado algo con lo que no había soñado nunca, dimensión internacional. Así que estoy muy agradecido a Patria pero ya es historia".