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'WHAAT!?'

¿Es posible ser más ricos en base a nuestra genética?

  • ¿Nuestro ADN juega un papel fundamental en nuestra posibilidad de ser más ricos o más pobres?
  • No te pierdas Whaat!?, el programa de divulgación científica presentado por Javier Santaolalla y La Gata de Schrödinger
  • Mira ya el capítulo 3, "Trabajo y dinero"

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Whaat!
Whaat!

A día de hoy se están haciendo numerosos estudios que relacionan genética y riqueza. De hecho, hasta existe una rama de la economía con nombre propio al respecto: la genoeconomía. ¿Nuestro ADN juega un papel fundamental a la hora de ser más ricos o más pobres? ¿Hay algo en nuestra genética que pueda explicarlo? [Mira el capítulo anterior aquí: "Evolución"].

Un reciente estudio que la Universidad de Duke en Carolina del Norte ha realizado sobre el genoma de más de 20.000 personas del Reino Unido, Nueva Zelanda y EE.UU. llegó a la conclusión de que las personas con ciertas variaciones genéticas ganaban más dinero, tenían mejores carreras y llegaban más alto en su formación académica. Aunque hay cierta trampa en esta investigación, dado que no detalla nada sobre las circunstancias socioeconómicas en las que dichas personas han crecido. Por lo que lo más probable es que tengamos que seguir estudiando y trabajando si queremos aspirar a ser ricos.

Un 60% de los empleos se automatizarán en las próximas décadas, según varias investigaciones. Se van a automatizar procesos en todos los sectores, los más físicos y también los más intelectuales. Es decir, que ya estamos camino hacia una nueva revolución laboral. Es muy probable que las industrias y fábricas decaigan y se hable más de una revolución tecnológica. Ante este dato, consultamos con una experta en la materia: Raquel Roca, periodista especializada en futuro del trabajo, que nos habla sobre las profesiones del futuro, las que se quedarán en el pasado, la inteligencia artificial, la ética, la brecha de género y sobre la posible influencia de la genética en la riqueza.

P: A raíz del whaat! en el que participas, mencionas que ya se sabe que las personas altas cobran más que otras más bajitas. ¿De dónde sale este dato?

R: Hay varios estudios al respecto que comprueban esta correlación. ¿Por qué se puede dar? Hay una creencia popular que nos dice que las personas más altas, incluso un poco más corpulentas, dan una sensación de protección mayor por lo que lo asociamos de manera inconsciente a roles directivos, roles ejecutivos o de liderazgo, que normalmente están pagados mejor. Pero, hay algunos estudios bastante interesantes, por ejemplo, uno que ha llevado a cabo por la Universidad de South Pole, que lo que halló es que el vínculo entre la estatura y la correlación con el aumento de ingresos se da desde una edad más temprana. Me refiero, midieron a niños con apenas 1 año de edad y se dieron cuenta de que con tener un centímetro más de estatura acababa sucediendo que tenían un aumento de 3,5% de ingresos en la edad adulta. Es decir, se explicaría este fenómeno que no tiene tanto que ver con el estatus de la sabiduría popular, sino con el desarrollo cerebral. Es decir, el crecimiento lento de un niño podría ir acompañado de un crecimiento más lento de su cerebro. Así que sí que sería una cuestión más biológica y genética en ese sentido. Pero, obviamente nos vamos a encontrar todo tipo de situaciones y de casos. Por cierto, este estudio hace relación solamente al aspecto masculino. En las mujeres no se ha dado esa correlación entre estatura y aumento de sueldo.

P: ¿Es posible ser más ricos en base a nuestra genética?

R: Hay otro efecto, que se conoce como el Efecto Halo, que dice que las personas que son más atractivas provocan en la mirada ajena la sensación también de tener más inteligencia. Pero lo que está claro es que la riqueza no está asociada a la base genética, sino más bien a las oportunidades que nosotros nos vamos a encontrar en nuestro desarrollo socio económico y cultural de nuestra trayectoria vital. El dónde nacemos, el entorno en el que nos vemos, las ideas que nos transmiten padres y profesores va a condicionar que acabemos teniendo más o menos dinero. Es decir, por ejemplo, si a un niño se le alienta desde pequeño en que es un chaval inteligente y que puede conseguir cualquier cosa, su mente va creciendo con respecto a estas posibilidades de poder hacer lo que quiera. Si limitamos a los niños, estamos ya precondicionando a que ese chaval tenga interiorizado inconscientemente esos pensamientos limitantes sobre sí mismo. Por lo tanto, efectivamente nos influye muchísimo más el entorno que la genética. Aunque obviamente si tienes una súper dotación genética te va a ser mucho más fácil conseguir ciertas cosas, pero no necesariamente las asociadas a la riqueza.

P: ¿Se puede predecir ahora cuáles serán las personas del futuro?

R: Sí, sin duda ninguna, se puede saber ya cuáles son los profesionales del presente y del futuro. El nombre es Knowmads, nómadas del conocimiento. Llevan ya mucho tiempo operando. Es un concepto que nace en 2013, que sigue vigente más que nunca a día de hoy y que va a seguir vigente los próximos años. ¿Por qué el profesional del S. XXI? Porque son profesionales que adquieren, aprenden y se curran una serie de habilidades “blandas”, sobre todo, aunque también mucha destreza digital, que les permite navegar mucho mejor por estos tiempos cambiantes y de incertidumbre. El nómada del conocimiento es una persona que se preocupa muchísimo por tener en activo su creatividad y eso le permite ser innovador y diferenciarse de la competencia, ser muy creativo a la hora de captar clientes, crear startups o generar nuevos modelos de negocio, etc. Son personas súper colaborativas, por tanto, saben con quién tienen que unirse. Otra de sus características es tener una muy buena marca personal y además trabajan con el pensamiento crítico y con una flexibilidad y agilidad muy interesante que les permite cambiar en función de las circunstancias del entorno y del trabajo. El entorno está continuamente poniéndonos a prueba y estos profesionales tienen una gran versatilidad para ello.

P: ¿Cuáles dirías que serán las mejor valoradas?

R: Lo que las empresas están buscando a día de hoy es Knowmads, colaborar con estos, o hacer que sus empleados se conviertan en este tipo de profesionales. Hoy en día se busca una mezcla entre estas habilidades blandas, que tienen mucho que ver con lo cognitivo de aportar un real valor humano, y amplias destrezas digitales: sacar partido a las nuevas tecnologías y también estar muy alineados con lo análisis de datos.

P: ¿Debemos anticiparnos y formarnos ya para responder a las exigencias del futuro mercado?

R: Cuanto antes mejor. Es más, desde la etapa escolar deberíamos estar ya pensando en dar pasos que nos preparen para destacar, brillar y ser competitivos ahí fuera. Lo que nos vamos a encontrar es un mundo hipercompetitivo para el que necesitamos ser más creativos que nunca. Lo que a lo mejor ahora funciona para algunas personas o para gente que podemos admirar, o que pensemos que son muy creativos, como youtubers o tiktokeros, dentro de dos años a lo mejor deja de funcionar. Tenemos que tener la habilidad suficiente para estar ahí y saber lo que va a pasar y sobre todo tener nuestras competencias y conocimientos actualizados constantemente. Nuestro futuro laboral va a ser una carrera en la que van a pasar cantidad de cosas distintas: momentos en los que estemos empleados, momentos en los que tengamos que emprender, momentos en los que seamos freelance o estemos colaborando con otras personas. Cuanto antes empecemos a prepararnos y a mostrarnos al mundo, antes empezaremos a trabajar. Mucho mejor ser productores y creadores que ser solo consumidores.

P: Mencionas que la filosofía tendrá muchísimo valor en el futuro, ¿por qué?

R: Muchísimo, por suerte. Era una materia que estaba de capa caída y casi desapareciendo. Nadie quería estudiar filosofía porque no había trabajo. Pero hoy en día la filosofía y la ética renacen porque se nos están planteando cuestiones que hasta antes de ayer no nos planteábamos como: la robótica, la IA, la gestión de los datos, el blockchain… Hay un montón de realidades nuevas que están apareciendo que lo que necesitan es que podamos dar respuestas para que el ser humano, aunque sea su creador, no salga perdiendo y para poder aprender a navegar y a movernos en un mundo tecnológico que tiene un crecimiento exponencial. Como va tan rápido, nos cuesta mucho entenderlo y si no pensamos filosóficamente en el bien común de la humanidad pues pueden pasar cosas que nos perjudique. Por eso la filosofía ahora es absolutamente esencial. Vamos a escucharnos, a mirarnos y aportar un valor que nos ayude a ser mejores como civilización en los próximos años.

P: ¿Qué papel está jugando la ética en el desarrollo de la Inteligencia Artificial?

R: Es súper importante dentro de la inteligencia artificial y hay una oportunidad muy grande aquí para futuros profesionales. Hace mucha falta la ética porque estamos diseñando y programando estas tecnologías que están ya integradas en nuestras vidas y que van a ir creciendo. Cuando pasemos del Machine learning en el que estamos ahora al deep learning, que es lo que nos queda en los próximos años ya que cada vez estas máquinas van a ser más autónomas. Por lo tanto, antes de que llegue ese momento, es importante enseñarles de la manera adecuada: en bien de la conciliación, de la diversidad, de no hacer daño al ser humano, etc.

P: Pandemias, cambio climático, automatización, robotización, vigilancia, criptomonedas, digitalización… ¿Debemos temer al futuro que nos espera o todo lo contrario?

R: Para nada tenemos que temer al futuro. Al revés, el futuro que nos espera es muchísimo mejor del que venimos. De hecho, hoy estamos increíblemente mejor que hace 20 o 40 años. Lo que pasa que vivimos en sociedades con mucha distopía. Hoy en día, el 80% de los niños en el mundo están vacunados, casi el 90% escolarizados, aunque el ser humano tiene tendencia a quedarse con los paradigmas antiguos que no son reales. Por lo tanto, el futuro es siempre positivo e interesante. Ahora bien, el futuro va a ser lo que queramos que sea. Desde el optimismo constructivista, tenemos que pensar que vamos a tener el mejor de los futuros para dar los pasos adecuados para construirlo. Ya tenemos consciencia de ciertas cosas, como el cambio climático. Tenemos tencnologías maravillosas que nos van ayudar a ser más efectivos a la hora de solucionar problemas. Por lo tanto, sin duda, el futuro será mejor que el presente.

P: ¿Crees que seguirá presente la brecha de género en este futuro?

R: Por supuesto, la brecha de género está ahí y lo seguirá estando porque es tan grande y tan fuerte... Llevamos tantos siglos con ella que no se va cortar de un día para otro. Por desgracia, va a seguir existiendo esta brecha de género. Lo importante es que en pocos años en países como España hemos dado pasos de gigante desde la conciencia, desde acciones, desde políticas. Por tanto, es un proceso que vamos integrando en la sociedad, que vamos metiéndonos en la cabeza y que tendrá sus resultados en los próximos años. Estamos en el camino de que esa brecha desaparezca.

P: ¿Las primeras profesiones que van a caer?

R: Ya están desapareciendo aquellas que son fácilmente sustituibles por la inteligencia artificial, la robótica y la máquina. Tareas repetitivas, sistémicas, aburridas, en definitiva, todo aquello en lo que no hay aportación de valor cognitivo del ser humano. ¿Hacía dónde tenemos que tirar? Hacia ser los profesionales Knowmads con competencias de creatividad, innovación, digitalización, comunicación… Para así diferenciarnos de la máquina y que por tanto no nos pueda sustituir en ese sentido. Luego todo lo que tenga que ver con programación, IA, marketing, digitalización de los negocios, startups va a tener una gran evolución en los próximos años. Por lo tanto, todo lo asociado a lo digital, sumado al valor humano va a ser mucho más difícil de sustituir por una máquina.