Enlaces accesibilidad

Risas, carreras y acción, ¡un viaje todoterreno en Seychelles!

Por
Españoles en el mundo - Las imágenes exclusivas del viaje a Seychelles

María Pérez, una madrileña para la que nada pasa desapercibido, y el veterano cámara, Gabriel Molera, vuelan hasta las maravillosas islas del océano Índico para mostrarnos algunos de los rincones y paraderos más especiales del lugar.

Cuéntanos María, ¿alguna anécdota de rodaje?

¡Muchas! Casi perdemos el ferry en dos ocasiones. Una de ellas era “la típica situación límite”: el último ferry de vuelta de Praslin a Mahé, el día antes de volar a Madrid a primera hora de la mañana. Así que nos tocó correr…y mucho. Teníamos los bikinis, aletas, papeles, móvil y demás enredos desperdigados por el coche así que los abrazamos y a medida que corríamos se iban cayendo al suelo. Sólo faltaba la sintonía de Benny Hill. Vísteme despacio, que tengo prisa.

En La Digue casi nos quedamos sin paseo en bicicleta. Cuando fuimos a alquilarlas no había una bici libre en toda la isla. Mientras grabábamos varias cosas con María, su hija Victoria de ONCE AÑOS comenzó a preguntar a todos los locales que encontraba si nos alquilaban sus bicis y consiguió cuatro. ¡Le habíamos prometido un paseo en bici y no estaba dispuesta a perderlo! Resolutiva como la que más.

También se nos estropeó el coche que alquilamos para recorrer una de las islas y, después de que nuestro cámara Gaby, Dulce y su amigo Marcus intentasen empujarlo para ponerlo en marcha, conseguimos un coche nuevo. A mí me dio por grabar la situación y empezamos a jugar a “aprende inglés con Españoles en el mundo”, no os imagináis lo divertido que estaba Gaby diciendo “the trócola is lost”.

¿Qué es lo mejor que te llevas del viaje?

Lo bien que me lo he pasado. Lo disfrutón que ha sido este viaje. Este reportaje ha sido especial, aún no sé muy bien por qué…Puede que por la armonía que se creó con cada uno de los españoles con los que grabamos, puede que porque Seychelles me ha sorprendido más de lo que esperaba a priori (el estereotipo de isla paradisíaca se cumple, pero ofrece mucho más que la bonita postal playera). Siempre guardaré grandes recuerdos de este viaje y de estas islas. Como el baño que me di con una tortuga gigante, ¡qué maravilla! O la experiencia de bucear por primera vez, ¡menudas aguas para probarlo! Me gustó tanto que, cuando volvimos, me fui a Mojácar a sacarme el título de buceo. ¡Gracias Dulce, tenemos pendiente otra inmersión juntas!

Y, ¿lo que menos te ha gustado?

Los locales son gente muy agradable, acostumbrada al turismo. Lo que me hizo sentir muy cómoda pero, tal vez están tan acostumbrados al trato con extranjeros que el visitante se pierde parte de la autenticidad de quienes viven allí. Es una impresión muy personal, siempre que hablábamos con algún seichelloise tenía la sensación de pasar “de puntillas” por las conversaciones. Supongo que es normal en un país cuya principal fuente de ingresos es el turismo.

Tampoco me gustó lo caro que es el país, los precios elevados que hay que pagar para según qué productos. La mayoría de las cosas se importan de Dubai, así que el precio final se encarece bastante.

Las hojas de esta planta responden a un mero contacto. Las leyendas del lugar explican que, dependiendo de si se cierran o permanecen abiertas, una mujer o un hombre puede ir al cielo o al infierno.

¿Qué fue lo más complicado de grabar?

Grabar en barco siempre es complicado por el movimiento, el agua, las olas que salpican, el viento, los posibles mareos, lo reducido del espacio…y en Seychelles casi a diario nos movíamos en barco, así que había que poner especial atención a todos esos contratiempos. Aunque Gaby, nuestro cámara, es un todoterreno. Por lo demás ha sido bastante fácil.

¿Cómo describirías al pueblo seychelense?

A primera vista Seychelles suena a lujo, a turismo y a paraíso. Y lo es. Pero al escarbar más allá de las playas de arena fina y las aguas cristalinas se descubre un sitio muy salvaje que vive en armonía con una naturaleza muy amable. Con sabor a pueblo pacífico y a “pan para todos”. Hay una enorme oferta hotelera, sobre todo, en hoteles de lujo, pero también hay opciones para bolsillos más ajustados. Ojo, hay que buscarlas.

El ritmo de vida es calmado, no sólo para aquellos que van de vacaciones al paraíso, los seychelloises son gente tranquila, que se toma la vida con serenidad. Su población no llega a los setenta mil habitantes y, aunque al año la visitan miles de turistas, nunca se tiene la sensación de agobio, ni en una playa, ni en un mercado, ni en las calles de la pequeña capital.

Al tener tanta mezcla racial (su población está compuesta por asiáticos, africanos y europeos) tiene una riqueza cultural única. Si Seychelles fuese una mujer sería rubia, de piel morena, ojos claros y rasgados, de constitución fuerte y elegancia de actriz francesa. ¡Y comería chiken curry y bebería té!

¿Recibisteis alguna negativa a la hora de filmar algo?

Por un problema con los permisos no pudimos grabar en el Valle de Mai, donde está el coco de Mer, la palmera símbolo de Seychelles. Por logística dejamos esa grabación para el penúltimo día y casi al final (de ahí que casi perdiésemos el ferry de vuelta a Mahé) así que cuando llegamos al Valle de Mai y vimos que ese día iba a ser imposible grabar en él os podéis imaginar lo que se pasaba por mi cabeza…¡¿Cómo nos vamos a ir de Seychelles sin grabar el coco de Mer?! ¡Si hasta es el sello que ponen en el pasaporte! ¡Sería como grabar en Madrid y pasar por alto la puerta del sol!

Mientras, en Madrid, David intentaba solucionarlo. Casi sin tiempo se nos ocurrieron varias alternativas muy graciosas que poco tenían que ver con el coco de Mer. Esos momentos en los que entra la risa floja…Afortunadamente, en estas situaciones la vida siempre fluye y, gracias a la española María que es casi seychelloise, descubrimos que había una réplica natural del Valle de Mai, no tan conocido, pero igual de maravilloso. Fond Ferdinant, un sitio que pronto estará abierto al público y que recomiendo encarecidamente si tenéis ocasión de visitar Seychelles. El encargado de cuidar de él es un seychelloise encantador que nos guió por el lugar como si fuese nuestra casa. ¡Y pudimos grabar las dichosas palmeras!

La experiencia con los españoles

¿Qué ha sido lo que más te ha gustado de lo que te ha enseñado cada español?

Uy, ¿tengo que elegir…? ¡Qué difícil! Me sorprendió la Isla de La Digue a la que nos llevó María, un lugar donde el tiempo parece no importar, casi no hay coches y la gente se mueve en bicicleta. La reserva de tortugas terrestres gigantes, el único bar del lugar, Ans source d´argent, la playa más fotografiada del mundo, ¡hasta el cementerio tiene su punto! Y el paseo en bicicleta que hicimos con Victoria, la hija pequeña de María marcando el ritmo…¡fue como volver a tener 12 años!

Con Iñaki experimentamos el turismo de lujo en Seychelles, en la isla privada de Denis. Un hotel y la naturaleza amable de este país rodeándonos, una delicia. Y, como momentazo, la fusión de la tuna española que trajo Iñaki con grupos seychelloises. Fue sorprendente ver cómo comenzaban una canción, española o seychelloise, y unos y otros seguían la melodía sin problemas, fusionando estilos, voces, bailes…Una prueba más de que la música es el idioma universal. Lo disfruté muchísimo, ¡con cumpleaños feliz incluido!

El fondo marino que nos enseñó Dulce, realmente increíble. Seychelles tiene cuatro parques nacionales marinos y más de 150 especies de peces tropicales de arrecife. ¡Vimos hasta un tiburón! Y ese regalazo que me hizo Dulce bautizándome allí es algo que me quedo para los restos. Los colores, la fauna marina, los corales, la increíble sensación de ser un pez durante una hora, las cálidas aguas de Seychelles, el gran Leo, nuestro instructor de buceo que nos cuidó en todo momento…¡Y eso que yo al principio no quería!

Me quedo con el paseo por la selva tropical que dimos con Pepe y su amigo Achiv, quien nos enseñó mucho sobre plantas medicinales. Fue muy divertido, rodeados de especies endémicas, cada cual más curiosa. ¡Y el desayuno en la cima de la montaña fue una maravilla! Mereció la pena cargar con las cestas de picnic. También destacaría la sensibilidad de Antonio, el artista que Pepe nos presentó. Una de esas personas “con energía”.

Con Fernando recorrimos la capital, que me sorprendió por lo pequeñita que es. Se había preparado a pies juntillas la historia y curiosidades de Victoria y fue un gran guía turístico. Visitamos la fragata española Cristóbal Colón y conocimos a parte de su tripulación, entre ellos, Andrés, que nos enseñó la cara más humana de la marina española. La fragata es espectacular por cómo aprovechan los espacios: la biblioteca es capilla y enfermería, todo el barco puede utilizarse como un gimnasio…y suma y sigue. Nos contaron que cuando hay un partido de fútbol importante la parte de la tripulación que está librando se reúne en el exterior y ve el partido a través de un proyector. Es un ejemplo de cómo viven el día a día en alta mar, lejos de las comodidades de tierra y de la familia. Están hechos de otra pasta.

Y, emotivamente, ¿qué fue lo que más te gustó de las historias personales de cada español?

María me pareció una luchadora, vital y apasionada de Seychelles. Todo su recorrido en los once años que lleva en el país merece reconocimiento. Y el resultado de ello se refleja en sus hijos, sobre todo en Victoria. Una niña de once años inquieta, resolutiva, aventurera y cariñosísisma que nos volvió a conectar con nuestra parte más infantil y sinvergüenza. Me encantó una anécdota que María nos contó sobre su hija. Cuando Victoria aprendió a andar no paraba de correr por toda la casa, de esconderse...para ahorrarse disgustos María le puso en los tobillos una cintita con cascabeles. ¿No os parece un buen GPS infantil?

A Dulce la admiro por su valentía, por lo aventurera que es y por la libertad con la que vive. Cambió de vida recién cumplidos los treinta, dejó Madrid, vendió sus pertenencias, se fue un tiempo a Italia, Suiza, Jordania…y Seychelles. Me encantó cómo ilustró este cambio: “Steve Jobs decía: si te levantas por las mañanas y no te gusta lo que haces, cambia de trabajo”, hay que confiar mucho en uno mismo, en la intuición y en la vida para hacer eso, y ella lo hizo, sin necesidad de tener un imperio como Apple. Nuestro cámara Gaby y Marcus, el amigo de Dulce, entraron en el juego y pasamos un día muy divertido. Con los grandes éxitos de Las Grecas como banda sonora…¡cantados por nosotros!

¡Iñaki tiene una energía de galgo! Y me pareció una persona muy constante a la que le gustan los retos. No sale en el programa pero me encantó cómo aprendió a hablar alemán. Se fue a vivir a Alemania y se propuso hablarlo bien en nueve meses. Durante ese tiempo, iba a estudiar a la biblioteca nueve horas al día y sólo se relacionaba con alemanes. ¡Así lo habla! Es constante y ambicioso y muy optimista, seguro que consigue lo que se proponga. Es un artista.

Pepe me pareció muy creativo, donde otros verían una montaña él ve un rocódromo, tiene esa mirada abierta a descubrir, a ver qué hay más allá de lo que se ve. Es una persona serena y pausada que nos hizo muy fácil la grabación. Y tiene un gran sentido del humor y grandes amigos como Achiv o Antonio, el artista que nos presentó, con el que pasamos grandes momentos. Creo que ellos son buenos amigos porque tienen el ingenio del inventor, del descubridor. ¡Qué bendición!

De Fernando me quedo con la sensación de que es un valiente de la vida, un aventurero. Un buen ejemplo de alguien que busca oportunidades sin miedo a la incertidumbre y al qué vendrá. Además, es una persona muy sociable, andar con él por la capital era como ir por el pueblo de sus padres. Se paraba a hablar con todo el mundo, se encontraba con amigos o los hacía por el camino. ¡Sigue así figura!

¡Muchas gracias a todos por lo bien que nos tratasteis y lo generosos que fuisteis con nosotros!

David Navas nos habla de la producción del programa en Seychelles

¿Cómo disteis con los españoles entrevistados?

Pues habíamos intentado visitar Seychelles en diferentes ocasiones pero no conseguíamos suficientes españoles. Sin embargo, este año empezaron a escribirnos y algunos nos proponían locuras muy divertidas como grabar a la tuna. No nos pudimos resistir. El boca a boca entre los españoles funcionó y movilizamos a esta pequeña comunidad en las islas.

¿Con qué dificultades os enfrentasteis en el rodaje?

Tuvimos que retrasar el viaje para coincidir con la semana cultural ¡Viva España! ¡Viva Seychelles! (no es broma) y con la parada técnica de la Fragata Cristóbal Colón de la marina española. Hicimos un poco de encaje de bolillo y fuimos a las islas paradisiacas en plena Semana Santa. Durante las fiestas nos tocó estar de guardia.

Las gestiones con el Ejército nos tomaron su tiempo. Que nos dejaran subir a la tele y mostrar los entresijos del buque no fue tarea fácil, pero, por suerte, tenemos seguidores del programa dentro de las Fuerzas Armadas y nos echaron una mano jejeje. Nunca acaba de sorprenderte lo que gusta el programa y qué tipo de personas lo siguen con devoción.

Por lo demás, en Seychelles fueron muy amables con nosotros ya que teníamos a un tuno llamado Iñaki con muchos contactos en turismo que nos facilitaron los trámites burocráticos.

¿Qué fue lo más complicado de conseguir?

Pues aunque parezca mentira, el Vallée de Mai, una reserva natural declarada patrimonio de la Humanidad por la Unesco, fue un verdadero calvario puesto que tienen muy restringidas las entradas y por las fiestas, me pasaban de departamento en departamento en diferentes idiomas, incluido el criollo, vamos el juego del” teléfono escacharrado” . Finalmente, in extremis, el mismo día de grabación, in situ, consiguieron grabar. Casi el 50% del territorio del archipiélago de las Seychelles está protegido, por lo que los amantes de la naturaleza pueden descansar tranquilos, en cambio, a los de producción nos quita el sueño ;)