Enlaces accesibilidad

Historias con alma

Por
Con Paul Tezanou y los chicos del internado "Nuestra Señora de la Paz"
Con Paul Tezanou y los chicos del internado "Nuestra Señora de la Paz"

Existen personas por las que merece la pena cruzar África para conocerlas. Y Paul Tezanou es de esas personas que merecen ser conocidas.

Nació hace 60 años en una familia de agricultores. No pudo ir al colegio, ayudaba a su padre en el trabajo del campo con mucha eficacia y aprendió francés escuchando a sus hermanos e inglés oyendo una radio que le regaló un familiar. Una misionera le ayudó a aprender braille y le animó a matricularse en un centro de formación profesional. Su trabajo de apoyo con los invidentes de Camerún le llevó a presidir la Asociacion Nacional de Ciegos de su país y a ser uno de los fundadores de la Unión Africana de Ciegos. En las afueras de Dschang, una de las grandes ciudades del oeste camerunés, se levanta el centro para jóvenes ciegos “Nuestra Señora de la Paz”, gracias al empeño de Tezanou y a quienes apoyaron su trabajo. En 1975, Tezanou comenzó el largo camino de su lucha por la mejora de la situación de las personas ciegas y por su integración social y laboral. En Dschang, además de este centro pensado para jóvenes hay otro destinado a adultos donde se les forma en técnicas agrícolas y ganaderas y se les concede pequeños créditos para montar su propio negocio.

Huérfanos del sida

Nuestro siguiente destino está en las afueras de la ciudad de Kumbo. Aquí, casi a pie de carretera, se levanta el Sant Francis Home. Se trata de un centro de formación profesional levantado hace dos años gracias al empeño de una religiosa, Hedwig Vinyo. Una mujer con los ojos y el corazón muy abiertos a la realidad. Como trabajadora de la pastoral social, ella trabajaba atendiendo a enfermos de sida y a los huérfanos. Y descubrió que los chicos de padres con sida en esta zona no tenían empleo. Cuando ellos acababan la escuela primaria no podían continuar sus estudios, se quedaban en casa y, al final, acababan en prisión. Pidió a sus superioras de las Hermanas Terciarias de San Francisco que se podría hacer un hogar y ayudar a estos chicos formándoles en un oficio. La idea de la hermana Hedwig se puso en marcha y con buenos resultados.

Estas iniciativas han sido posible, entre otros, gracias a la aportación de Manos Unidas. Esta prestigiosa ong ha colaborado, y lo sigue haciendo, con varios proyectos en distintas zonas de Camerún.