Enlaces accesibilidad

Los genes que regulan la personalidad

  • ¿es posible que los genes también influyan en nuestra personalidad?
  • Punset indaga sobre esta cuestión con el genetista Dean Hamer
  • Hamer sugiere que la felicidad tendría una componente genética
  • Redes se emite los domingos, a las 21.30 horas, en La 2

Por
Redes - Los genes que regulan la personalidad

Redes

Eduard Punset y su equipo han logrado demostrar que ciencia y entretenimiento se pueden unir para que en este tercer milenio la ciencia, por fin, irrumpa en la cultura popular.

El programa se emite en La 2, todos los domingos, a las 21:30 horas; y se repite los domingos, a las 3:15 horas.

y en el Canal 24 horas, según el siguiente horario:

  • Los jueves, a las 15:00 horas
  • Los viernes, a las 21:00 horas
  • Los sábados, a las 10:30 horas

El manual de instrucciones con el que se ensambla nuestra biología está escrito en el ADN

Pero, ¿es posible que los genes, del mismo modo que regulan el desarrollo de nuestro cuerpo, también influyan en nuestra personalidad?

En este capítulo de Redes, Punset indaga sobre esta cuestión con Dean Hamer, genetista de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos y divulgador científico.

Hamer ha recopilado numerosas evidencias que sugieren que la felicidad, la espiritualidad, la orientación sexual y otras características de la personalidad tendrían una componente genética.

A continuación, transcribimos la entrevista de Eduard Punset a Dean Hamer, genetista de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Redes - Los genes que regulan la personalidad - avance

Todo lo que hace el cerebro está influido por los genes que lo codifican.

Dean Hamer

Eduard Punset:

Sabes Dean, mi mayor hallazgo, mi mayor descubrimiento, fue mi perra.

Dean Hamer:

Sí.

Eduard Punset:

Me enseñó mucho: me di cuenta de que, siempre que le preparaba el bol de comida, de pienso, saltaba como loca de un lado a otro, era totalmente feliz, mientras que, una vez que le dejaba el bol debajo de la mesa, a veces comía y a veces no.

Así que le pregunté a mis amigos, como Kandel, en…

Dean Hamer:

Columbia.

Eduard Punset:

En Columbia. Les dije: «deberíais estudiar este fenómeno en ratas y primates para ver si lo que sucede con mi perra es realmente la norma general y resulta que la felicidad está en la sala de espera de la felicidad». ¡Y así fue! ¡Así es!

La felicidad está en la sala de espera de la felicidad

Dean Hamer:

En mi laboratorio también estudiamos la felicidad, pero desde una óptica totalmente distinta. Analizamos los genes que regulan la personalidad.

Uno de ellos se llama «gen del receptor D4 de la dopamina» y controla la dopamina que se libera en el núcleo accumbens del cerebro.

El núcleo accumbens libera dopamina y, si recibe una descarga, es la experiencia más placentera del mundo

Se descubrió de una forma muy interesante: un científico como yo estaba realizando experimentos con ratas que llevaban electrodos implantados en el cerebro.

Cuando las ratas se acercaban al borde de la jaula, recibían una descarga. Todas las ratas salían corriendo, habían aprendido a salir corriendo hacia el centro de la jaula. Salvo una.

Esa rata seguía dirigiéndose, una y otra vez, al borde de la jaula. ¿Qué estaba pasando? Descubrieron que el electrodo de la rata estaba localizado en el núcleo accumbens.

El núcleo accumbens libera dopamina y, si recibe una descarga, es la experiencia más placentera del mundo.

Resulta que, si se les administra a las ratas una descarga en el núcleo accumbens, preferirán recibir la descarga a beber, a aparearse o a comer… lo preferirán a cualquier cosa.

Eduard Punset:

¡Es fantástico!

este gen D4 que libera dopamina está relacionado con el nivel de felicidad de las personas a lo largo de su vida

Dean Hamer:

Descubrimos en el laboratorio que este gen D4 que libera dopamina está relacionado con el nivel de felicidad de las personas a lo largo de su vida.

Es casi como un termostato que determina, de media, lo feliz que es alguien.

Eso sí, para un momento concreto, ¿qué decide lo felices que somos? Pues si el bol de comida está ahí abajo o si nos lo acabamos de comer, sí.

Eduard Punset:

Pero es muy interesante, porque realmente lo que sugieres es que hay una manera (y la estáis practicando) de utilizar los genes para influir en la manera de ser, en el estado anímico, ¿no?

Y al parecer habéis llevado a cabo algunos estudios no tanto sobre la felicidad sino sobre la ansiedad, utilizando lo mismo que se utiliza en el Prozac…

Utilizáis, pues, los genes para influir en la conducta.

Genes para estudiar la conducta

Dean Hamer:

Bueno, utilizamos genes para estudiar la conducta. Te acabo de contar la historia del gen que influye en la felicidad, pero hemos descubierto otro que tiene que ver con la ansiedad, la depresión y todos los sentimientos negativos.

hemos descubierto otro que tiene que ver con la ansiedad, la depresión y todos los sentimientos negativos

En efecto, afecta en el cerebro al mismo gen sobre el que incide el Prozac (el famoso antidepresivo). Funciona más o menos de la misma manera.

Podríamos decir que algunas personas (la mitad de las personas del mundo) nacen con su dosis de Prozac: son esas personas más «jiji-jaja», más felices.

En cambio, la otra mitad de la población no tiene Prozac de nacimiento ni es tan feliz, por así decirlo. Me han preguntado por qué la mitad de la población nace poco feliz.

afecta en el cerebro al mismo gen sobre el que incide el Prozac (el famoso antidepresivo)

Y es muy interesante, porque resulta que el Prozac genético tiene los mismos efectos secundarios que el Prozac, ¡interfiere con la libido y con el sexo! Los que son felices y tienen esa especie de Prozac, ¡no quieren practicar el sexo tan a menudo!

En cambio, los que tienen un nivel más reducido de Prozac tienen relaciones sexuales con mucha más frecuencia, lo cual demuestra que no hay mal que por bien no venga y explica por qué tenemos personalidades tan variables, porque algo que puede ser bueno en una situación, puede ser malo en otra.

los que tienen un nivel más reducido de Prozac tienen relaciones sexuales con mucha más frecuencia

Eduard Punset:

Una de las cosas que estudiaste (por lo menos hace algunos años) fue la influencia de la genética en la vida sexual, en el comportamiento sexual. ¿Hemos aprendido algo?

Se nos había dicho que tal vez hubiera un componente genético o una influencia genética en la conducta de las lesbianas o los gays. Pero no lo sabemos a ciencia cierta. ¿Hemos avanzado algo en este punto?

Dean Hamer:

Hemos avanzado en la investigación, sí.

La influencia de la genética en la vida sexual

Por supuesto, hay muchos aspectos distintos que tienen importancia en la vida sexual: la frecuencia con la que se practica el sexo, lo que te gusta o no te gusta el sexo, con quién quieres tener relaciones sexuales… pero, sin duda, uno de los más importantes es si te gusta practicar sexo con personas de tu mismo sexo o del sexo opuesto.

los genes desempeñan un papel importante en la orientación sexual

Ahora hay indicios muy sólidos que indican que los genes desempeñan un papel importante en la orientación sexual.

De hecho, en los últimos cinco años, se han llevado a cabo tres estudios muy exhaustivos: uno en Suecia, otro en Australia, y otro en Virginia, en los que se estudiaron todos los gemelos de la zona, todas y cada una de las parejas de gemelos, y se analizó, cuando uno era homosexual, si el otro también lo era.

Como los gemelos están relacionados genéticamente, es un buen punto de partida. Pues bien, resulta que los genes determinan el 50% de la orientación sexual.

los genes determinan el 50% de la orientación sexual

Es el factor más importante que conocemos, aunque también hay otros factores, pero ese es muy importante y también determina si alguien es gay, lesbiana, bisexual o transgénero.

Eduard Punset:

¿Cuáles serían los otros factores? ¿Quizá la cultura o…?

Dean Hamer:

¿Sabes? Siempre pensamos que la cultura es si fuiste a una escuela católica o a una escuela protestante, si tu madre te trató bien o tu padre fue bueno contigo… ¡y no hay demasiadas pruebas de que eso sea un factor importante!

la mayoría de los demás factores también son biológicos: algo que sucede en el cerebro

Creo que la mayoría de los demás factores también son biológicos: algo que sucede en el cerebro, ya sea antes del nacimiento o en una fase muy temprana, durante los primeros dos años de vida.

Lo fundamental aquí es que no sabemos qué hace que alguien sea heterosexual.

Todos dicen: «oh, simplemente es natural que a los hombres les gusten las mujeres y a las mujeres, los hombres», pero no acabamos de entender cómo ocurre, y probablemente sea el mismo tipo de proceso, con ligeras variaciones, en las personas homosexuales.

no sabemos qué hace que alguien sea heterosexual

Eduard Punset:

Dean, es fantástico lo que pasa en el cerebro. Hace apenas unos años, no sabíamos nada de eso. Y de repente, bueno, digo de repente pero me refiero a que ha habido un proceso que ha sido bastante abrupto… estamos aprendiendo la importancia de la codificación genética y cerebral en la conducta personal.

¿Cómo creamos los pensamientos y las emociones?

Dean Hamer:

¡Ha sido un avance muy rápido!

Y creo que seguimos sin entender el problema fundamental del cerebro, ¡que es cómo creamos los pensamientos y las emociones!

Seguimos sin entenderlo, todavía es un misterio. Pero lo que sí que entendemos es que todo lo que controla el cerebro se ve influido por los genes que codifican el cerebro, y que controlan las sustancias químicas que se liberan en el cerebro.

seguimos sin entender el problema fundamental del cerebro, ¡que es cómo creamos los pensamientos y las emociones!

Esto ha sido importante para los biólogos, por supuesto. ¡Creo que también es importante para la sociedad!

Porque a menudo se atribuyen cierto tipo de conductas a enfermedades sociales, o al entorno, o a una creencia religiosa… y hay que entender que no es así, que forma parte de la naturaleza humana, forma parte de lo que nos hace personas… ¡es muy importante!

Eduard Punset:

Lo que lo vuelve difícil de entender tal vez es la sutileza de los genes a la hora de influir sobre la naturaleza psicobiológica de alguien de una forma distinta al resto…

Dean Hamer:

Sí, sí. No es fácil de entender, porque no siempre es como con el gen que determina el color marrón de ojos, que hará que tengas los ojos marrones, ¡sin más, así de simple! Con los genes que codifican la conducta, todo es mucho más indirecto.

todo lo que controla el cerebro se ve influido por los genes que codifican el cerebro, y que controlan las sustancias químicas que se liberan en el cerebro

Estos genes actúan liberando sustancias químicas en el cerebro. Y el mismo gen que hace que alguien padezca una adicción a la cocaína (porque necesita dopamina) puede convertir a otra persona en un gran inversor o en un gran político, porque le gusta la novedad.

El mismo gen, la misma sustancia química, provoca cosas distintas. Es sutil, efectivamente.

Eduard Punset:

¿Sabes? Una de las cosas que he descubierto recientemente… hace muchos años (unos diez) que se sabe que hay una especie de mutación en el embrión, una descarga de testosterona, que al parecer hace que el dedo anular sea más largo en los hombres que este dedo de aquí, el índice. ¿Sabes? ¡Y con las mujeres es al revés!

Pues ahora resulta que algunos científicos amigos míos han llevado a cabo experimentos y me han contado que los que tienen este dedo más largo (ya sabes, como prueba de la descarga de testosterona) pues son más excéntricos, más intrépidos y ganan más dinero, diez veces más que el resto. Son operadores bursátiles magníficos.

Dean Hamer:

¡Ahora mismo todos los telespectadores están intentando estirar el dedo a ver si logran ganar más dinero!

Eduard Punset:

¿Es cierto o falso?

lo importante es que la gente entienda que se trata de diferencias biológicas que no vuelven a alguien mejor o peor

Dean Hamer:

Creo que es muy posible que sea cierto, porque se trata, básicamente, de un marcador de sucesos hormonales que suceden en una fase muy temprana, y no hay duda de que muchas de las cosas que ocurren cuando todavía estamos en el útero son tan importantes como las de después.

Pero, de nuevo, lo importante es que la gente entienda que se trata de diferencias biológicas que no vuelven a alguien mejor o peor, sino que simplemente hacen que una persona sea un poco distinta a otra.

Eduard Punset:

Exacto.

¡Es verdaderamente crucial que la gente entienda lo que nos dice la ciencia, porque afecta a la forma en la que las personas se plantean los derechos humanos básicos!

Dean Hamer:

¿Sabes? En Estados Unidos el tema de la orientación sexual es muy importante, porque allí sigue habiendo un gran debate sobre si la homosexualidad es aceptable o no.

Por eso el matrimonio entre homosexuales está permitido solamente en algunos estados y no en otros, la Iglesia presiona mucho y hay mucho debate político. ¡Es verdaderamente crucial que la gente entienda lo que nos dice la ciencia, porque afecta a la forma en la que las personas se plantean los derechos humanos básicos!

No debería ser así, pero así es, y se trata de un caso en el que el conocimiento científico realmente incide no solamente en los científicos o los homosexuales, sino en toda la sociedad que los rodea.

Eduard Punset:

¿Cuál es el futuro? Recuerdo una de tus películas… bueno, era más bien un vídeo breve, en realidad, sobre dos chicas lesbianas que estaban diseñando al niño que querían tener: el color de ojos, la altura, todo. ¡Era maravilloso! ¿Pero dónde estamos? O sea, ¿vamos en esa dirección?

Dean Hamer:

El vídeo pertenecía al género de ficción, porque evidentemente era pura ficción.

¿Cuál es el futuro?

Creo que tal vez en el futuro se puedan diseñar ciertos aspectos de la conducta humana y ciertos aspectos de la apariencia física, pero no creo que sea eso lo que realmente cambie al ser humano en el futuro: me parece que será limitado y creo que cambiar los genes tendrá menos repercusiones de las que podríamos esperar.

tal vez en el futuro se puedan diseñar ciertos aspectos de la conducta humana y ciertos aspectos de la apariencia física

Además, creo que constataremos que los efectos de la cultura son enormes, y que son esos los efectos que, como seres humanos, podemos controlar.

Por ejemplo, que la gente acepte o no acepte a los gays y las lesbianas tendrá una repercusión inmensa sobre millones y millones de personas de todo el mundo, que ya no crecerán en entornos que los torturen ni sufrirán humillaciones en las escuelas, u otros entornos.

Este tipo de cambios prevalecerá sobre los cambios menores que podamos realizar genéticamente.

Dicho esto, creo que la ingeniería genética sí que tendrá un papel fundamental en los casos en los que haya realmente una enfermedad clara: por ejemplo, en las personas con esquizofrenia, trastorno bipolar o psicosis grave, cuando cerebro no funciona bien.

En esos casos cuyo origen es también muy biológico, creo que la ingeniería genética puede desempeñar un papel importantísimo.

la ingeniería genética sí que tendrá un papel fundamental en los casos en los que haya realmente una enfermedad clara

Eduard Punset:

¿Sabes? Pensando en el futuro, mientras hablabas, se me ha ocurrido que probablemente uno de los retos será utilizar menos fármacos y recurrir a otro tipo de intervenciones, más anímicas o más… no sé, hacer un seguimiento de los genes y de cómo repercuten sobre el carácter, y también analizar las consecuencias de la soledad… ahora mismo no hacemos nada al respecto, nos limitamos a administrar fármacos.

Quizá algún día podamos saber algo sobre los genes que provocan que algunos hombres o mujeres sean solitarios, que estén solos todo el rato…

Dean Hamer:

¡Claramente la interacción con otras personas es para lo que hemos evolucionado! El cerebro ha evolucionado para tener relaciones sexuales y para interactuar con otros seres humanos.

El cerebro ha evolucionado para tener relaciones sexuales y para interactuar con otros seres humanos

Probablemente se trate de los principales motores que nos impulsan. ¡Y es obvio que intentar arreglarlo todo con fármacos no es la solución! Hay que construir sociedades y situaciones en las que las personas se sientan cómodas unas con otras; eso es lo importante, en mi opinión.

Eduard Punset:

Se habla, algunos científicos hablan, del éxodo de la realidad.

Dicen que la realidad es aburrida. Y hay personas que intentan escapar, que buscan nuevas maneras de estar en contacto con los demás más allá de las necesidades fisiológicas básicas. ¿Qué opinas de eso? ¿Crees que siempre seremos así?

¡Y es obvio que intentar arreglarlo todo con fármacos no es la solución!

Dean Hamer:

¡No he oído hablar sobre eso! Sinceramente, no demasiado. Eso sí, a la hora de plantearse la ciencia en la sociedad, lo que realmente hace falta es una manera de convertir la ciencia en una historia que la gente pueda entender. ¡La gente no quiere oír hablar tanto sobre hechos y cifras! Quiere escuchar una historia.

Como la historia que me contabas al principio sobre tu perra, que era más feliz cuando esperaba la comida. ¡He aquí una buena historia!

Del mismo modo, la historia sobre la orientación sexual y sobre cómo algunos nacen de una manera y otros de otra es una buena historia y es importante contarla.

Y lo mismo con el VIH, un virus que apareció de la nada pero que ahora podemos controlar gracias a la ciencia… también es una buena historia. Son las historias que creo que los científicos deben contar.

En mi caso, dentro de un año o así, voy a dejar el trabajo en el laboratorio y a llevar mi cámara a jornada completa para filmar este tipo de temas, porque me parece una manera verdaderamente apasionante de concienciar al público y difundir los conocimientos.

Eduard Punset:

Encontrarás personas tristes, encontrarás personas que estén enfadadas, ¿sabes? Que siempre pongan mala cara.

Y encontrarás a otras personas que, de un modo u otro, logren conciliar el entretenimiento y el conocimiento. ¿Les dirás a los que son más desagradables que no tienen futuro?

Creo que todo el mundo tiene un futuro por delante

Dean Hamer:

No, ¡jamás le diría a nadie algo así! Creo que todo el mundo tiene un futuro por delante.

Todos nosotros tenemos la misma configuración genética básica, y luego hay pequeñas variaciones menores, que pueden hacer que algunos sean, en promedio, más felices.

También hay otras variaciones menores que pueden hacer que alguien sea bisexual en lugar de heterosexual… pero todos nosotros tenemos la capacidad de vivir vidas plenas y enriquecedoras.

Mis películas ensalzan estas historias y las de las personas que triunfan y las de la esperanza que se impone… por lo menos eso espero.