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MÚSICA

Anne Lukin: "Parece que ser mujer, empática y dulce te impide ser líder"

  • La artista navarra acaba de estrenar su último single "Ay, pequeña", una canción sobre el paternalismo
  • "Creo que es la primera canción que compongo desde la mala hostia", apunta Anne

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Anne Lukin
Anne Lukin

Anne Lukin tiene 20 años y las cosas no tan claras, como es normal a su edad y a otras más avanzadas. Le da rabia la sociedad de la inmediatez en la que vivimos, el aquí y ahora y la inmovilidad de pensamiento. Es decir: ¿por qué no se puede cambiar de idea varias veces al día? ¿por qué se empeñan en encasillarnos o etiquetarnos?

Ella hace justo lo contrario en su nuevo proyecto. "Ay, pequeña" es una canción hecha desde la oscuridad, desde la rabia que se siente cuando te hacen de menos o cuando tu opinión parece ser menos válida que otras. Anne ha sufrido el paternalismo desde que salió de la academia de Operación Triunfo y en esta canción se atreve a hablar con claridad y sis tapujos de ello. Porque aunque a veces no tenga claro lo que quiere, sí que tiene claro lo que no quiere, o más bien, cómo no quiere que le traten. Hablamos con ella de todo esto y mucho más en esta entrevista. ¡Atentxs!

P: Hace poco dijiste: "tengo clarísimo lo que no quiero ser". ¿A qué te referías?

R: Respondí eso porque me preguntaron algo así como: "en esta canción parece como que tienes muy claro quién eres, qué quieres hacer, también el hecho de que hayas dado este paso musicalmente nos hace ver que tienes muy claras las cosas..." Y yo respondí: 'parece como que tenemos que tener muy claro cómo somos artísticamente y personalmente tener las cosas claras y yo, siendio sincera, no las tengo. En algunas cosas sí, pero en otras muchas no. No me atrevo a decir que sé quién soy porque no es verdad. Entonces le respondí que lo que sabía eran muchas cosas que no quería. Y en esta canción precisamente hablo de cómo no quiero hablarme a mí misma y cómo no quiero que me hablen. Hacía un poco referencia a esto. No me gusta esta manía de encasillarnos, de ponernos ya la etiqueta, del que queremos hacer con nuestra vida... Todo ya, ya, ya, y sino, pues mal. Esto me da mucha rabia. Más de una manera global y mirando a nuestra sociedad, no solo en mi trabajo. Es todo el rato, desde que con 16 tenemos que elegir letras o ciencias y eso ya determina tu futuro para siempre. Te das cuenta de que es mentira, pero bueno...

P: Es cierto que el mundo actual está lleno de etiquetas y hoy estamos un poco esclavizados en eso. ¿Sientes un poco que no hay derecho a cambiar?

R: Sí, es como que estamos programados. También de cara a las redes y a tener un discurso formado sobre las cosas. En el momento en que alguien cambia de opinión, se equivoca o duda está como fatal visto. Cuando es lo más normal. Nos pasa a todos todo el rato 100 veces al día. ¿Por qué hay que tener una opinión tan férrea sobre todo?

P: Dices haber descubierto una faceta que no sabías que tenías. ¿Qué has descubierto?

R: No es que no supiera que la tenía, sino que hasta ahora cuando componía salía una parte de mí que reflejaba la luz, las cosas que me gustan, el amor... No sé, yo la identifico con la parte de luz que todos tenemos. Y ahora, en las cosas nuevas que estoy componiendo, estoy descubriendo cosas nuevas que sé hacer y sacar que son más oscuras y de más mala hostia. Partes que yo ya sabía que tenía, pero he descubierto que sé sacarlas a través de mis canciones. Eso para mí está siendo muy divertido, porque me estoy descubriendo a mí misma a través de las canciones. Estoy contenta porque me reconozco en un registro diferente. Estoy experimentando y me está saliendo de forma natural.

P: Tu canción ‘Ay pequeña’ habla sobre paternalismo. ¿Hasta qué punto te sientes afectada por esto?

R: Es algo que me he encontrado desde que empezó esta aventura. El otro día en la presentación contaba que yo no había tenido nunca este papel. A mí nunca se me había visto, al menos en mi entorno más cercano, como una niña pequeña y dulce. En el momento en que empezó todo esto, se me puso esa etiqueta y yo no me sentía identificada con ella porque he sido siempre la mayor de mis hermanas, entre mis amigas un poco la más madura, etc. Entonces, me empezó a chocar que la gente me viese así, cuando yo por dentro no me sentía así. Al margen de esto, al salir de OT y empezar a trabajar, me he encontrado paternalismo en todas sus formas posibles. Literal, implicitamente, en gestos, palabras... Y al principio no sabía muy bien qué era. O sea, había muchas cosas que me rechinaban pero no sabía ponerles nombre. Conforme ha ido pasando el tiempo, ya los localizo en seguida. El detonante que me llevó a escribir esta canción fue un día en el que iba a dar mi segundo concierto. Me acuerdo que durante una de las pruebas de sonido, el técnico en vez de venir a preguntarme a mí cómo quería las cosas le fue a preguntar a mi guitarrista de 40 años. Igual no iba tan desencaminado, porque obviamente yo no tendría tanta idea como él, pero el simple hecho de presuponerlo fue un detalle que para mí fue la gota que colmó el vaso. Llevaba mucho tiempo con este tema en mi cabeza y al día siguiente lo hablé con Juliane, mi otra guitarrista y directora musical que también estaba ahí y que tampoco fue a preguntarle a ella, y con mi fotógrafa. Fue guay porque me sentí super comprendida, porque a ellas les sigue pasando y les ha pasado siempre en sus diferentes trabajos y en diferentes momentos de la vida. Pero, por otro lado, fue super triste porque no les era nada ajeno, ya que les pasaba una o dos veces a la semana. Ahí sentí rabia. Pensé: '¡qué horror! ¿No podemos escapar de esto?' Y esa misma noche compuse la canción. Realmente creo que es la primera canción que compongo desde la mala hostia.

P: ¿A qué lo atribuyes?

R: Esto tiene que ver con ser joven, ser mujer y en mi caso también con haber salido de OT. Yo creo que tiene mucho que ver con lo qué tenemos asociado el liderazgo. Se tiene una imagen de que para liderar, merecer respeto y autoridad, tienes que ser un señor alfa, mayor, que dice las cosas como las quiere, que manda, que solo se pueden hacer las cosas de esa manera y que incluso a veces es agresivo. Hay otras formas de liderar, desde otro punto, y creo que parte del problema también está ahí. Parece que ser mujer, empática y dulce te impide ser líder. Parece que hay que transformarse en ogro para que te hagan caso. Y luego socialmente, si te conviertes en eso, eres la bruja de turno.

P: ¿Te has sentido en ocasiones pequeña o que han intentado hacerte de menos?

R: Claro, es que también han sido todos los cambios a la vez: empezar a trabajar, independizarme... Muchas veces se me hace el mundo gigante. Luego, muchas veces me pasa que padezco un síndrome de la impostora total. Pienso: '¿quién soy yo para mandar sobre estas personas adultas y super profesionales si yo llevo en esto dos años?' Eso tampoco ayuda a que yo luego tenga la fuerza de mandar sin pedir perdón o permiso.

P: ¿Esto te los estás tratando?

R: Sí, he empezado a ir al psicólogo. Llevaba queriendo ir un año, pero siempre me ponía la excusa del tiempo. Entonces, lo iba alargando. Hace unos meses decidí que tenia que ser mi prioridad número uno. El mes pasado fui por primera vez y le dije a la psicóloga: 'No sabes las ganas que tenía de venir". Ella me dijo la típica pregunta de "¿quién eres?" Y yo no sabía ni por dónde empezar. Enseguida me vio. Le dije que no me sentía merecedora de todo esto y me dijo: "Espabila por favor, claro que lo eres".

P: En esto tendrá mucho que ver la salida de OT, pasar a ser conocida, la presión...

R: Claro, si la historia drástica de todo esto no ayuda en nada. Pero es algo que tengo muy presente y localizado. Ahora falta poner las herramientas. Al final es algo que a todos nos afecta, porque te cambia la vida y inevitablemente te cambia a ti también. La ayuda es muy necesaria.

P: La portada es chulísima. ¿Quién te la ha hecho?

R: Me la ha hecho César Mestre, un alumno de audiovisuales. A mí para los videoclips me suele gustar contar con alumnos, porque yo también he estado ahí y creo que tienen un talentazo increíble y a nada que les des la oportunidad lo demuestran. Yo para las cosas visuales soy como muy tiquismiquis, en el sentido de que quiero que esté todo perfecto. Entonces, claro, le pedí como 8 cambios, pero los pedía desde el permiso. Al final eso hace que se cree una dinámica de: igual no me hace caso, igual pasa de mí, igual no es importante... Pero en realidad sí que lo es. Ese es otro ejemplo del síndrome de la impostora que padezco. Y es como: no, no tienes que pedir perdón. Es tu proyecto, tu trabajo, sabes exactamente lo que quieres, pero me sigue pasando.

P: ¿Cuál dirías que es tu mayor cualidad y cuál ese demonio que siempre te persigue?

R: Mi mayor demonio es este del que estamos hablando y mi mayor cualidad, pues no sabría decirte. Me cuesta mucho pensar en ello. El demonio no me deja decirlo. Bueno, yo creo que una de mis cualidades es que soy exigente con mi trabajo y conmigo misma, aunque eso a veces también es algo malo pero hace que esté orgullosa de los resultados que consigo. También la sensibilidad de saber expresar lo que quieres y llegar a la otra persona a través de algo que no sabes qué es pero que está ahí. Supongo que es algo que me facilita hacer música y que es importante.

P: Puede sonar a tópico pero, ¿para ti componer es tu terapia?

R: Totalmente, a mí componer muchas veces me cura. Las canciones son también mi terapia.

P: Gorka, Zahara, Miss Cafeina… ¿Cómo ha sido colaborar con ellos?

R: En los tres casos era como que no me lo podía creer, porque además ninguno fue planeado. Al principio era simplemente conocernos, intentar componer una canción y ver lo que salía y en los tres casos salió tan fácil, tan bonita y a todos nos gustaba tanto, que fue como: "pues hagámosla". Lo guay fue la conexión que surgió, que nos identificábamos los dos de igual manera con la canción y conocer a esta gente que me encanta y que admiro. No podía creerme que estuviese pasando. Sobre todo eso, que cada vez que las canto lo recuerdo, me emociono y les cojo cada vez más cariño. Además, todos son bellísimas personas.

P: ¿A quién tienes en tu radar para próximas colaboraciones?

R: Me gusta mucho María Arnal, muchísimo. Me gusta mucho Belako. No sé... También voy cambiando según que tipo de música me apetece hacer en el momento. Por temporadas conecto más con una cosa u otra, pero más que en el punto de mira, son cosas que estoy escuchando ahora.

P: Acabas de estar de gira. ¿Qué tal ha ido?

R: Muy bien, para la situación de mierda que hemos tenido hemos hecho casi 15 conciertos y estoy muy contenta. El último concierto fue en Madrid el 11 de enero y ahora hemos parado un poco, pero enseguida anunciaremos más. También estamos ya trabajando en la siguiente canción con mucha ilusión.