Hay empresas que utilizan la lavadora para vestir todo de un verde ambiguo, pero otras iniciativas van con el algodón por delante mostrando sus procesos de producción sin tapujos y con mensajes claros. Por ello, a veces reciben premios. Como es el caso del proyecto Lana Merimorena, galardonado por Fademur, la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales. Ubicado en la sierra de Huelva, es un ejemplo de buen hacer, fomentando el relevo generacional en las áreas rurales. Natalia Escaño es una de sus promotoras.
Después pasamos al lado contrario, y por ello numerosas organizaciones civiles han pedido al Ministerio de Consumo la creación de un Observatorio para el Control del Lavado Verde. Lo han hecho porque consideran que ya está bien de tanto bombardeo publicitario sin una base científica o legal. Entre estas organizaciones se encuentra la Federación de Consumidores y Usuarios, CECU, cuya responsable de Sostenibilidad, Clara Vázquez, explica sus reivindicaciones antes estas prácticas de marketing.
