Por tres razones   Diario de un cronista apestado 08/02/2022 52:10

Hoy en Por tres razones nos sumergimos en el libro Diario de un cronista apestado (HG Editores), una obra del historiador Eduardo Juárez Valero, el cronista oficial del municipio segoviano de La Granja de San Ildefonso que estuvo ingresado en el Hospital General de Segovia por COVID. A través de esta publicación, hablamos de cómo se vivió el COVID en hospitales más reducidos que los de las grandes ciudades y recordamos algunas de las historias que se vivieron en ellos.

En el libro, Eduardo hace referencia a todas las personas que marcaron su paso por el centro sanitario, e invitamos a algunos de ellos para hablar de cómo recuerdan el tramo de tiempo que ahora Juárez cuenta en su libro. Hablamos con Elena Fernández-Vega, enfermera que estuvo en planta COVID y atendió a Eduardo en la UCI, y con Graciliano Estrada, jefe del Servicio de Neumología del Hospital y presidente del Colegio Oficial de Médicos de Segovia, habla de cómo vio el paso del cronista y cómo planificaron, en dos días, el reparto de espacios del hospital, habilitando la habitación de la cafetería como UCI de paso intermedio, convirtiéndose en la zona donde se encontraban los pacientes con poca dependencia de oxígeno, o convirtiendo el gimnasio de rehabilitación en un espacio para tratar a pacientes con COVID.

Recordamos algunas de las historias que marcaron las hospitalizaciones y los confinamientos por COVID. Invitamos a Pep Pueyo, el padre de Pau Pueyo, al que su hijo tocó el violonchelo mientras estaba ingresado en la UCI, y que nos cuenta cómo fue el proceso y qué secuelas quedan ahora, no solo a nivel físico, sino mental, de ese tiempo que tuvo que estar hospitalizado. Conversamos también con Paco España, un paciente del Hospital del Mar, en Barcelona, a quien llevaron desde la UCI a la orilla del mar. Paco nos explica cómo sigue manteniendo relación con el personal del hospital, después de pasar más de 50 días en la UCI y casi medio año hospitalizado.

Eduardo Juárez también habla de cómo fue capaz de abstraerse en sus momentos más duros, de asfixia y casi de muerte, imaginándose en un paraje idílico. Su día a día en La Granja (Segovia) también está protagonizado por un paisaje natural y clásico como son los jardines del palacio. Junto con Guillermo Cuadrado, maestro jardinero y colega de Eduardo en las visitas de los jardines, nos explica cuál es la importancia de los paisajes y la jardinería y cómo éstos pueden influir en el ánimo e incluso en la recuperación de una persona enferma por su carácter terapéutico.

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