Cómo Francis Drake ayudó, sin querer, a conquistar el paladar inglés
En 1587, el corsario inglés Francis Drake protagonizó uno de los episodios más humillantes del reinado de Felipe II: el saqueo de Cádiz. Pero, paradójicamente, aquel ataque marcó un antes y un después en la fama internacional del vino de Jerez.
Entre los botines que Drake llevó a Londres había más de un millón y medio de litros de Jerez, que pronto se convirtió en bebida de moda entre la nobleza británica. Aquel sack español fue símbolo de sofisticación, patriotismo y comercio en plena rivalidad atlántica.
La guerra no detuvo el tráfico vinícola, aunque fuera clandestino. Y el vino generoso andaluz, asociado desde entonces a Inglaterra, acabó por consolidar su prestigio mundial. Así, un saqueo se transformó en el inesperado trampolín de uno de los vinos más icónicos de la historia.