Las medidas proteccionistas del presidente estadounidense Donald Trump abarcan muchos ámbitos y hoy nos ocupa el económico. El pasado 13 de febrero anunció que iba a imponer aranceles recíprocos en su comercio exterior. En la Unión Europea, justificaba los aranceles como respuesta al IVA.
La aplicación de estos aranceles marca el inicio de una guerra comercial que implica a China, la Unión Europea y América Latina.
También EE. UU. sufrirá las consecuencias de los aranceles: a la potencia se le auguraba un crecimiento del 2,4 del PIB que ha caído al 2,2 por ciento. España, sin embargo, parece que se va a librar del golpe arancelario de Trump: los pronósticos mejoran el avance del PIB en tres décimas hasta situarlo en el 2,6%.
Y las tensiones geopolíticas y comerciales se han convertido en el principal factor de riesgo para la evolución de la economía de América Latina. El Banco de España, en su informe de economía latinoamericana, augura una desaceleración de la actividad económica en la región. Eso sí, aunque hablemos de este continente como región, cada país tiene pronósticos diferentes.