Séfora Vargas es una mujer gitana que nació en el seno de una familia que se dedica a la venta ambulante. Sus padres le ofrecieron a ella y a sus hermanas la posibilidad de estudiar y ella lo aprovechó. Hoy es abogada, especializada en derecho administrativo, y un referente a para su pueblo. Es mujer, una de las primeras que hizo una carrera universitaria mientras vendía con su familia en los mercadillos los fines de semana, y activista defensora de los derechos de su pueblo gitano.
Mediadora cultural, fundadora y presidenta de la organización APROIDEG con la que defiende los derechos de su etnia, participa de diferentes movimientos sociales siempre con la idea desmontar estereotipos de los payos hacia su pueblo y de ser un ejemplo para las niñas gitanas que quieran estudiar. Ella eligió estudiar pero sus hermanas siguen con el duro trabajo de la venta ambulante, madrugando siempre mucho, montando y desmontando las paradas y vendiendo bajo un sol de justicia en verano en una ciudad como Sevilla. Las condiciones de trabajo para las familias que se dedican a la venta ambulante son tremendas en muchos casos y Séfora lo ha sufrido en primera persona. Por eso, ella tiene argumentos para defender sus derechos con contundencia como letrada.