Desde bien pequeñitos, con el primer golpe o rasguño, descubrimos por nuestra cuenta lo que es la sangre. Parece que si la vemos tenemos que llorar o asustarnos, pero que aparezca este líquido rojo debería tranquilizarnos, porque lo hace precisamente para reparar y proteger nuestras heridas.
Cuando los vasos sanguíneos se rompen, la sangre se escapa para detener la hemorragia, formar un coágulo y sellar la lesión. Además, la sangre transporta oxígeno y nutrientes para que esta herida cicatrice y no se infecte: es nuestra mejor enfermera.
Para conocer todas esas curiosidades de la sangre que desconocemos, charlamos con José Antonio García Erce, director del Banco de Sangre y Tejidos de Navarra y miembro de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia.