Valencia continúa recuperándose, muy lentamente, de la devastadora dana que azotó la región el pasado 29 de octubre, dejando 227 personas fallecidas y un desaparecido. Medio año después, cientos de afectados siguen sin poder regresar a sus viviendas, centros educativos o negocios. La ciudad vive entre escombros, burocracia y promesas, mientras intenta reconstruir no solo sus calles, sino también la vida cotidiana.
Nuestro compañero del área de Sociedad de RNE, Luis Vallés, se ha acercado a las puertas de un colegio para conocer cuál es la situación de los centros educativos en la localidad de Catarroja. Para ello, ha hablado con Silvia Ferriols, directora del Colegio de Infantil y Primaria Vila Romana. A día de hoy, Ferriols explica que, en la localidad, reparten al alumnado en tres centros, pero cada vez ven más complicado recuperar esa ansiada normalidad: “La paciencia se está acabando porque no vemos esa voluntad de reconstrucción”. Respecto al apagón analógico que vivió este lunes el país, la educadora reconoce lo siguiente: “Esto nos ha removido, pero nada comparable a que entre barro en tu casa, te tire una puerta y te destroce el hogar”.