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"Nosotros, primero": la ultraderecha se envuelve en el supremacismo, el aislacionismo y la xenofobia

  • La lucha contra la inmigración es el pilar de los discursos de políticos como Trump o Le Pen

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"Nosotros, primero": la ultraderecha se envuelve en el supremacismo, el aislacionismo y la xenofobia
Un hombre sostiene una bengala en una concentración organizada por el grupo de extrema derecha 'Les natifs' (Los nativos) en Francia

Los disturbios violentos del 23 de noviembre en Dublín fueron mayormente una sorpresa. No estábamos acostumbrados a ver, ni esperar, esas escenas en el centro comercial de la capital irlandesa. Los coches de policía incendiados, las llamas iluminando la noche evocaban Belfast o Derry, en Irlanda del Norte, no Dublín.

El detonante fue la desinformación, el bulo malintencionado de que el autor del apuñalamiento de unos niños era un inmigrante, y eso bastó a grupúsculos de extrema derecha para lanzarse al vandalismo al grito de "Irlanda para los irlandeses".

En función de la memoria y la edad de cada quien, resonó al America First de Donald Trump o al Les Français d’abord de Jean-Marie Le Pen.

Vamos con un poco de contexto.

Irlanda: quién te ha visto y quién te ve

El shock de ese lema xenófobo contra migrantes y refugiados es mayor porque Irlanda ha sido en los últimos 200 años una tierra de emigración, hasta el punto de que su historia, su cultura, su política y su idiosincrasia no pueden disociarse de la emigración de millones de hijos de la isla condenados a irse si querían sobrevivir. Decir Irlanda es decir emigración.

La inmigración es un fenómeno muy reciente, de apenas un par de décadas. Un cambio rápido: según el censo del año pasado, un 20 % de los 4,3 millones de habitantes, uno de cada cinco, ha nacido fuera del país. Por comparar, en España, tierra también de emigrantes, el cambio ha sido más gradual, se ha producido en unos 30-40 años, y está por debajo del porcentaje irlandés. A 1 de julio de 2023, de los 48,3 millones de habitantes, los nacidos en el extranjero eran un 17 %.

Pero el contraste entre una tierra donde solo había futuro en la emigración y el lema de la extrema derecha no acaba ahí.

"Irlanda para los irlandeses" ha sido una reivindicación para emanciparse del poder colonial de Gran Bretaña, para dejar de ser ciudadanos de segunda clase, hasta el punto de que el mismísimo Paul McCartney compuso y grabó una canción con Wings titulada Give Ireland Back to the Irish (Devolved Irlanda a los irlandeses) como reacción a la matanza del Bloody Sunday (Domingo Sangriento) en 1972.

Qué corta es la memoria. Aún viven irlandeses que pueden contar a esos manifestantes los carteles en Inglaterra o en Irlanda del Norte, donde se les negaba optar a un trabajo o entrar en un pub. Por católicos. De igual manera que en Estados Unidos, su principal tierra de acogida, limitó en el siglo XX el número de católicos que "podía" acoger.

Francia: Les Français d’abord de Le Pen

Es el primer recuerdo que tengo yo de ese lema nativista, xenófobo, de la campaña presidencial de Jean-Marie Le Pen en 1988. Pero el lema empezó a usarlo antes y lo mantuvo visto el éxito entre los electores.

La primera vez que el Frente Nacional lo usó fue en las legislativas de 1978, cuando decidieron hacer de la inmigración un pilar de su discurso: "Un millón de parados son un millón de inmigrantes de más. ¡Francia y los franceses, primero", "Inmigración, stop. Los franceses, primero".

Marine Le Pen, hija de Jean-Marie, el fundador, ha sustituido a su padre en el partido de la extrema derecha, y lo expulsó de la formación cuando lo consideró tóxico para su objetivo de convertirse en la primera mujer al frente de la República Francesa. En esa estrategia, Marine Le Pen le ha cambiado el nombre al partido y ha moderado el lenguaje. El Frente Nacional se llama hoy Agrupación Nacional (Rassemblement National), y "los franceses, primero" es ahora "preferencia nacional" o "prioridad nacional".

Estados Unidos: xenofobia, aislacionismo y antisemitismo

Todo eso encierra históricamente el America First que Donald Trump convirtió en estribillo de su discurso de toma de posesión el 20 de enero de 2017.

La invocación anterior más reciente es el America First Comittee (1941-42) de Charles Lindbergh con postulados abiertamente antisemitas. Sostenían, como los nazis, que el mundo lo controlaba una conspiración de banqueros y medios de comunicación judíos. Ese Comité estuvo en contra de la participación de EE.UU. en la segunda guerra mundial, porque consideraban que era una lucha que no tenía nada que ver con el país.

Cientos de partidarios de Donald Trump con banderas de EE. UU. y camisetas con el lema 'Make America Great Again'

Cientos de partidarios de Donald Trump con banderas de EE. UU. y camisetas con el lema 'Make America Great Again' Giorgio Viera

Ese mismo aislacionismo lo contenía también el America First de Trump, y lo había contenido un siglo antes (1915) el America First de Woodrow Wilson, que quería mantener a los Estados Unidos al margen del Tratado de Versalles y la Liga de las Naciones.

Alemania: Deutschland über Alles

Si traducimos el lema de Trump, Le Pen, o del italiano Matteo Salvini (lo adoptó en 2018) al alemán, entran escalofríos aún hoy. Basta recordar, por ejemplo, que el pasado mes de junio el tenista alemán Alexander Zverev paró un partido del Abierto de EE. UU. al oír a un espectador gritar Deutschland über Alles.

Deutschland über Alles (Alemania por encima de todo) era el primer verso del himno alemán. Un verso típico de cualquier himno nacional, pero que los alemanes tienen prohibido pronunciar.

La letra del himno, que escribió el poeta August Heinrich Hoffmann en 1841 para invocar la unificación de los varios principados de cultura alemana, pasó a mediados del siglo XX a identificarse con el supremacismo y el expansionismo de la Alemania de Adolf Hitler. Hitler no creó ni encargó ese himno, se limitó a mantenerlo, y con ello lo manchó para siempre.

Derrotado el ejército de Hitler, los vencedores prohibieron el himno y cuando el canciller Konrad Adenauer lo recuperó en 1952 (qué hermosa es la música que compuso Joseph Haydn), se comprometió a eliminar los dos primeros versos. Y así, hasta hoy.