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Descubren un gen clave para tratar el subtipo de cáncer cerebral más peligroso

  • FOSL1 es el gen master regulator del glioblastoma mesenquimal, el equivalente a un interruptor genético general
  • Sin este gen, se ha demostrado que los ratones desarrollan mucho más lentamente el subtipo de tumor cerebral

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Los glioblastomas son los tumores del sistema nervioso central más comunes y letales en adultos
Los glioblastomas son los tumores del sistema nervioso central más comunes y letales en adultos

Investigadores españoles e internacionales han descubierto el gen que desencadena el subtipo de cáncer. Este hallazgo supone un nuevo avance en el mejor conocimiento de la biología del cáncer, después de que el pasado abril se descubriese una novedosa terapia contra tumores cerebrales.

La investigación, que ha sido liderada por el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y la Universidad de Medicina de Friburgo (Alemania), ha descubierto que el FOSL1 es el gen master regulator del glioblastoma mesenquimal, el equivalente a un interruptor genético general. El estudio no se traducirá a corto plazo en un nuevo tratamiento, pero "es un paso adelante en la búsqueda de terapias contra un tumor de mal pronóstico", ha valorado Massimo Squatrito, jefe del Grupo de Tumores Cerebrales Fundación Seve Ballesteros del CNIO.

Los glioblastomas son los tumores del sistema nervioso central más comunes y letales en adultos. Se clasifican en varios tipos atendiendo a sus características moleculares, aunque tienen una gran tendencia a cambiar de un subtipo a otro, siendo la transición más frecuente el subtipo mesenquimal, que es la que responde peor al tratamiento. La tasa de supervivencia de este subtipo apenas ha aumentado en los últimos 50 años, lo que pone de manifiesto la "necesidad urgente de desarrollar nuevas estrategias terapéuticas".

La pieza perdida del rompecabezas

La identificación de FOSL1 "supone encontrar una pieza del rompecabezas que se buscaba hacía tiempo", de acuerdo con el CNIO. Los científicos sabían que otro gen, el NF1, tenía un papel importante en el glioblastoma mesenquimal, pero se desconocía su mecanismo de acción. Ahora, este trabajo señala a FOSL1 como el “eslabón perdido” entre NF1 y la activación del programa genético implicado en el subtipo de cáncer.

FOSL1 controla la plasticidad del glioblastoma mesenquimal y su agresividad

Los investigadores han demostrado en ratones que, sin el gen máster regulador, los animales desarrollan mucho más lentamente glioblastoma mesequimal. Asimismo, las células responsables de la reaparición del tumor tras su eliminación pierden esa capacidad de regeneración en los sujetos son FOSL1. "Nuestros datos demuestran que FOSL1 controla la plasticidad del glioblastoma mesenquimal y su agresividad", ha afirmado el CNIO.

El paso siguiente en la investigación, que se publica esta semana en la revista eLife, será "buscar una manera de bloquear este gen", ha señalado Squatrito.

El avance se suma al novedoso tratamiento con terapias combinadas

Los investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) estudiaron en profundidad la resistencia a la temozolomida, tratamiento de primera línea del glioblastoma, y al que muchos de los pacientes dejan de responder con el paso del tiempo. El trabajo concluyó el pasado abril con la propuesta de una novedosa estrategia terapéutica basada en la combinación de dos fármacos: la temozolomida y el dianhidrogalactitol.

En la actualidad, el principal y casi único tratamiento para los glioblastomas es la combinación de radioterapia con el agente de quimioterapia llamado temozolomida, previa resección quirúrgica de la masa tumoral. Sin embargo, en casi la mitad de los pacientes, este tipo de tumores se vuelven resistentes a la temozolomida y el tumor continúa creciendo incluso bajo tratamiento. La combinación de la temozolomida y el dianhidrogalactitol actúa de forma sinérgica, elude estas resistencias y aumenta la supervivencia en ratones con tumores cerebrales.

Squatrito explicó entonces que se trata de un trabajo pre clínico "muy alentador", pero, según los autores, será necesario trasladar estos resultados a ensayos clínicos para estudiar si esta terapia combinada es también efectiva en pacientes con esta enfermedad.