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'Cuando la casa nos enferma': infecciones, alergias, ansiedad y depresión provocadas por el mal estado de la vivienda

  • Un informe destaca el papel fundamental y determinante de la vivienda en la salud de los que la habitan
  • Más de dos millones de familias en España residen en inmuebles con goteras o humedades en paredes y techos

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Los índices de depresión derivados de unas condiciones de vivienda inadecuadas son "extremadamente altos", según un informe
Los índices de depresión derivados de unas condiciones de vivienda inadecuadas son "extremadamente altos", según un informe.

"Se caía el techo, las chinches con mi hija de tres meses... No teníamos para más. Lo peor es que los chinches mordían a mi hijo bastante. Estaba muy preocupada". Esa era la situación de Sidra antes de poder acceder a una vivienda social. Era lo que podía pagar: una habitación en una casa sin agua caliente y un bebé. El de esta vecina de Barcelona es uno de los casos más extremos que recoge el informe Cuando la casa nos enferma, presentado este martes por la asociación Provivienda y que denuncia las malas condiciones en las que vive una gran parte de la población en España, la que sufre exclusión residencial.

"La exclusión residencial es la situación que sufren aquellas personas que no tienen condiciones de vivienda digna", explica Gema Gallardo, directora de Provivienda, a RTVE.

Este concepto, bastante amplio, recoge la situación más extrema de exclusión y pobreza, que son las personas que se ven obligadas a vivir en la calle, señala Gallardo, "pero también otros casos, como aquellas personas que están en una vivienda que no reúne condiciones de habitabilidad" (hacinamiento, estado de ruina...) y otros conceptos "como la inestabilidad en la tenencia de vivienda", que engloba los desahucios y las ejecuciones hipotecarias, pero también el final del contrato de alquiler.

Y todo lo anterior repercute en la salud, señala el informe, que destaca que las condiciones estructurales de habitabilidad de una vivienda influyen notablemente en el desarrollo de algunas patologías: desde problemas cardiovasculares a respiratorios, pasando por alergias, efermedades infecciosas y problemas psicológicos y emocionales.

De hecho, los índices de depresión o ansiedad derivados de unas condiciones de vivienda inadecuadas son "extremadamente altos y muy superiores a los del conjunto de la población". En lo físico, los riesgos son muy altos cuando están asociados al frío, la humedad y el moho.

Y eso cuando hay una casa. Porque, según el informe, la esperanza de vida de las personas que viven en la calle es entre 20 y 30 años menor que el resto de población. Y presentan de dos a 50 veces más problemas físicos.

Habitar en viviendas inhabitables

En España, según el informe, financiado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, más de dos millones de familias, el 11,5% de los hogares, residen en viviendas con goteras o humedades en paredes y techos. Es el caso de Joanna, que vive en el barrio de Tetuán de Madrid ocupando una casa. "Mis chicos sufren de la alergia, pero con la humedad es más intenso (...) Pero agradezco a Dios que mis hijos por lo menos tienen un techo", afirma en un documental de Provivienda.

Otro de los factores de riesgo para la salud es la sobrepoblación en una vivienda: el hacinamiento, que afecta al 5,1% de la población española, más de 2,3 millones de personas. "En esos hogares hay menos de diez metros cuadrados disponibles para cada persona o más de tres personas tienen que compartir una misma habitación", afirma el responsable del informe, el sociólogo Thomas Ubrich.

Entre las infraviviendas también están aquellas que sufren pobreza energética, que -según el informe- afecta a un 8,3% de los hogares en España, "con evidentes impactos sanitarios" como son "bronquitis, osteoartritis, ansiedad, depresión, dolores de cabeza, resfriados, amigdalitis, gripe, diarrea" y un largo etcétera.

Ferdousse, que vive ahora de alquiler social en Puente de Vallecas (Madrid), después de haber ocupado una casa con sus hijos, subraya en el informe sus dificultades para mantener la casa a una temperatura adecuada. "¿Cómo estoy yo? Me he acostumbrado ya. Pero sí que me afecta. Tengo crisis epilépticas de siempre, y sí, me afecta. Tengo miedo por mis hijas. Dejo siempre algo para calentar la habitación. Cuesta mucho dinero, pero es porque tengo miedo por ellas [que enfermen]".

La vivienda precaria también provoca el desarrollo de una sensación de "vergüenza" que afecta a adultos y menores, como le ocurre al hijo de 17 años de Federico y María, una pareja que vive en una casa en ruina el madrileño barrio de Villaverde. "El pobre no sale con nadie porque le da vergüenza invitar a nadie", aseguran estos padres, que quieren que su hijo tenga una habitación "en condiciones".

Por qué ocurre todo: alquiler y mercado laboral

"Estamos ante una nueva crisis de asequibilidad y estabilidad en la vivienda", señala el informe, que destaca dos factores que están provocando que una de cada diez personas en España tiene sobrecarga en los gastos de su vivienda: el aumento del precio del alquiler, que han aumentado solo en el último año un 18,3%, y el hecho de que el empleo "ya no es un soporte de bienestar por la debilidad e inestabilidad del mercado laboral".

"Esta situación se agrava por el abandono presupuestario por parte del Estado en los últimos años. El gasto público destinado a vivienda ha experimentado bajadas muy pronunciadas, hasta alcanzar mínimos históricos. La consecuencia es que en España el derecho a una vivienda digna y adecuada sufre graves carencias", subraya la investigación publicada.

"Una vivienda inadecuada perjudica a la salud", asegura Eduardo Gutiérrez, director de desarrollo estratégico de Provivienda, quien destaca en declaraciones a RTVE que "una buena política de vivienda es también una buena forma de hacer una política preventiva de salud. No hay mejor hospital para una persona sin hogar que una vivienda".

Despenalizar la ocupación por necesidad y generar viviendas asequibles

¿Y cómo mejorar la política de vivienda? Desde Provivienda apuestan por hacer cambios legislativos, como modificar la ley de arrendamientos urbanos para generar más estabilidad a los inquilinos alargando el tiempo del contrato de alquiler o hacer que los arrendatarios puedan realizar obras de conservación en un inmueble.

Otra de sus apuestas es la de despenalizar la ocupación por necesidad, situación en la que estarían 73.500 hogares en España. Desde Provivienda aseguran que la mayoría de los casos que atienden son de un perfil de familias monoparentales cuya figura principal es la de una mujer que no tienen otra opción. "El derecho penal debe ser la última frontera", afirma Eduardo Gutiérrez.

Pero la base, a medio y largo plazo, es generar viviendas asequibles. "En Viena (Austria) un tercio de la vivienda está en manos públicas, otro tercio en manos de cooperativas o tercer sector y el otro tercio está en manos privadas. Los tres compiten entre ellos", asegura el director de desarrollo estratégico de la organización a RTVE. Y es que solo el 1,5% del parque de viviendas está dedicada a la vivienda social.

Las personas entrevistadas por Provivienda en su informe denuncian la falta de viviendas asequibles. En Madrid, Ferdousse piensa en qué pasará si no le renuevan el contrato de alquiler social en enero. "No tengo problema para pagar el alquiler: cobro 400 euros al mes y los 100 euros del alquiler los puedo pagar de momento. Con los gastos me quedo justita, pero voy a poder", asegura.

Lo que hay que hacer es bajar los precios! Para que alguien como yo pueda pagar un alquiler!, asegura Sidra, que ahora vive en un inmueble que está "limpio, ordenado, amueblado" sin cucarachas "ni chinches, ni ratas, ni peligro para los niños". "Este piso para mí es el paraíso", asegura a Provivienda.