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Alemania aprueba prolongar su participación en Afganistán pero no aumenta los efectivos

  • El Bundestag da luz verde por amplia mayoría a una prórroga de un año
  • La mayoría de los partidos coinciden en esperar para aumentar las tropas
  • El ministro de Defensa reconoce que el bombardeo de Kunduz fue un error

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La canciller Merkel y el ministrod e Exteriores Westerwelle, durante la sesión en el Bundestag.
La canciller Merkel y el ministrod e Exteriores Westerwelle, durante la sesión en el Bundestag.

El Bundestag alemán (cámara baja) ha aprobado por amplia mayoría prolongar la participación alemana en la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) por un año más, sin alterar de momento el número de efectivos destacados.

Un total de 445 diputados votaron a favor de mantener los 4.500 soldados alemanes en Afganistán, frente a 105 que se pronunciaron en contra y 43 que se abstuvieron.

Durante el debate que precedió a la votación hubo amplio consenso de que Alemania no debe comprometerse a un aumento de sus efectivos mientras no haya claridad sobre una estrategia de toda la comunidad internacional y no únicamente de Estados Unidos (EE.UU.), en referencia al anuncio del presidente estadounidense, Barack Obama, de que aumentará los efectivos hasta en 30.000 soldados.

El ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Guido Westerwelle, ha subrayado en su intervención que la conferencia sobre Afganistán prevista para el 28 de enero en Londres "no será una conferencia de donantes o de número de tropas", sino que en ella "se hará un análisis estratégico".

"Empezar el debate hablando sobre cuántos soldados hay que enviar a Afganistán, sería empezar por el tema equivocado", sostuvo Westerwelle, quien reiteró la promesa del Gobierno de que hasta que no haya transcurrido esa conferencia, Alemania no se comprometerá a nada.

'Mea culpa' en Kunduz

Por su parte, el ministro alemán de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, ha reconocido que el bombardeo en las cercanías de Kunduz el pasado 4 de septiembre, en el que murieron 142 personas, "no fue militarmente acertado" y que hubo "claros errores".

El ataque se produjo a petición del jefe de la base alemana en Kunduz, Georg Klein, quien ordenó a un caza estadounidense el bombardeo de dos camiones cisterna cargados de combustible secuestrados por insurgentes talibán.

El Ministerio alemán de Defensa, encabezado entonces por Franz-Josef Jung, había ocultado a la opinión pública informaciones, de las que se desprendía que desde un principio hubo constancia de civiles muertos.

El caso ha costado el cargo a Jung, como ministro de Trabajo del nuevo ejecutivo de centro-derecha, al inspector general de las fuerzas armadas, Wolfgang Schneiderhan, y al secretario de Estado de Defensa, Peter Wichert.

El Parlamento ha decidido además establecer una comisión de investigación que analice los pormenores de la operación.

En una intervención ante la cámara, Guttenberg ha explicado que una vez analizados todos los informes, y desde la perspectiva de alguien que "ve las cosas desde la distancia", debía reconocer ahora que el ataque fue "no fue militarmente acertado" y hubo "claros errores".