Tras la restitución del papado por parte del Concilio de Constanza, destituyendo a los tres papas que durante unos años rigieron los destinos de la cristiandad de manera simultánea, y tras elegir a Martín V, un miembro de la poderosa familia romana de los Colonna, como nuevo papa, la institución retornó a la ciudad de Roma. Allí, Martín V fue sucedido por el veneciano Gabriele Condulmer que reinó bajo el nombre de Eugenio IV.
La música, la música que hasta entonces se había practicado en el continente, también sufrió una especie de exilio. Las complejas estructuras y ásperas armonías de aquellos primeros años del siglo XV fueron dando paso a la nueva música de influencia inglesa que colmaba de dulces armonías los oídos de los habitantes de ese mundo renovado en el que el orden en la Iglesia había retornado, acabando con los años del cisma y la confusión. Se había impuesto la contenance angloise.
