El cambio climático es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad. Un calentamiento global provocado por los gases de efecto invernadero, emitidos en su mayoría por los combustibles fósiles. Se estima que las tres cuartas partes del CO2 proceden de ellos. La UE se ha fijado como objetivo en 2050 una sociedad energéticamente neutra. En el marco de esta política europea, España tiene su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), para el período 2021-2030.
Como explica Eloy Álvarez Pelegry, ingeniero de minas y miembro de la Real Academia de Ingeniería, ese plan contempla un 23% de reducción de gases de efecto invernadero con respecto a los niveles de 1990, un 74% de renovables en generación eléctrica, un 42% de renovables sobre el consumo total de energía final y un 39,5% de mejora de eficiencia energética. Además, entre los objetivos para 2050 se establece el objetivo de neutralidad climática. Y en paralelo, se ha elaborado una serie de estrategias como el almacenamiento energético y una apuesta por el hidrógeno renovable.
En estos momentos, España contribuye al calentamiento global con el 0,6 por ciento del total de las emisiones de efecto invernadero mientras que Europa contribuye con el 10 por ciento.
El PNIEC contempla inversiones de 240.000 millones de euros en esta década, destinados fundamentalmente a eficiencia energética, renovables y redes, una gran oportunidad para afrontar los retos que se avecinan. Hay dos grandes enfoques a la hora de resolverlos: moderación de la demanda mediante eficiencia energética, economía circular y cambios en el estilo de vida de los ciudadanos; y desarrollo de combustibles alternativos. En cualquier caso, y como advierte Álvarez Pelegry, la transición energética requerirá de ingeniería y tecnología.
