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Ahmet Dahmani, belga de origen marroquí. La policía turca le ha detenido en un hotel de lujo en Antalya, en la costa sur. Sospecha que fue quien localizó los objetivos que serían atacados por los terroristas, en Paris. Junto a él, los dos jóvenes que le habrían ayudado a pasar la frontera. Ocho días después, registros e interrogatorios van desvelando detalles de los 3 comandos que actuaron. El presunto cabecilla, Abdelhamid Abaaoud, fue identificado entre los muertos en Saint-Denis. El cerco se cierra sobre Salah Abdeslam, en busca y captura y otros posibles integrantes.

Poco tráfico y calles semidesiertas. Las autoridades recomiendan cerrar bares y restaurantes. Conciertos, partidos y otros eventos multitudinarios, suspendidos. Museos, cines y teatros no han abierto. El centro de la ciudad, tomado por la policía y los militares.
 

El estado de alerta terrorista en que se encuentra la capital de Bélgica, Bruselas, ha afectado igualmente a las competiciones deportivas. Estas se han visto suspendidas, aunque de momento solo en el área de la ciudad y no a nivel nacional.

Bruselas se enfrenta a una "amenaza grave e inminente", según el Gobierno belga, que ha decidido elevar al máximo nivel la alerta terrorista en toda la región. Se ha cerrado el metro y suspendido todos los actos en los que se preveían aglomeraciones de público y reforzado la seguridad en zonas clave de la ciudad, donde ejército y policía patrullan juntos.
 

La comunidad musulmana en España, que ha celebrado su primera oración del viernes tras los atentados de París, ha pedido perdón a Europa por los actos "de unos individuos que no saben qué es el Islam", al mismo tiempo que ha agradecido a España que les deje vivir en paz y con seguridad. Alrededor de 1.500 personas han acudido al Centro Cultural Islámico de Madrid (conocido como mezquita de la M-30), donde el imán Hussam Khoja ha pronunciado un sermón (Jutba) en el que ha condenado el asesinato de inocentes civiles. Se trata de personas "injustas" que "derraman la sangre" y "representan la maldad", ha dicho el imán en referencia a los terroristas. "Debéis respetar el país en el que vivís. Respetad sus leyes y su gente y sed una buena imagen para el Islam. Tened cuidado de los sitios de la corrupción y no habléis con extraños por internet y haced que los jóvenes establezcan buena relación con sus familias para que se alejen de todo pensamiento incorrecto".

Desde los atentados de París cualquier incidente que ocurra en torno a la frontera con Francia, por pequeño que sea, pasa a ser investigado por las fuerzas de la lucha antiterrorista. Una zona sensible en la que se ha reforzado la vigilancia con unidades de intervención de la policía y con el grupo rural de seguridad la Guardia Civil, departamentos especializados en situaciones de riesgo especial.

Francia se ha tomado muy en serio la posibilidad de un atentado con sustancias químicas. Tras el anuncio realizado por el primer ministro Valls se ha incrementado la vigilancia en puntos clave. Entre ellos, el de abastecimiento de agua. Otra consecuencia directa de los atentados: una toma de conciencia y una mayor implicación en la seguridad nacional. En este sentido, se han multiplicado las peticiones de incorporación al Ejército.

Abdelamih Abaaoud cogió el metro la noche del viernes, poco después de los atentados. Las cámaras de seguridad le captaron colándose en la estación de Croix de Chavaux, línea 9 de Montreuil. Está situada a 500 metros del Seat negro, en el que se desplazó el comando que acribilló a los clientes en las terrazas de bares y restaurantes. Eran las 10 y cuarto de la noche, casi una hora después de la masacre. En superficie se ha desatado el caos, con rehenes en la sala Bataclán. En ese momento, Abaaoud está a 6 km del lugar. Si ha llegado hasta ahí conduciendo el Seat, habrá tardado una media hora, desde las terrazas.