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22 turistas pakistaníes han muerto congelados en el interior de sus coches ((COLAS)) durante una intensa nevada que dejó varados a más de 23.000 vehículos. Trataban de llegar a la cima de un popular destino turístico cerca de Islamabad. Los equipos de salvamento siguen rescatando a las personas atrapadas.

Aterriza un nuevo avión de colaboradores afganos en el aeropuerto militar de Torrejón. Con la llegada de este primer vuelo Airbus con 84 personas, entre ellas 45 mujeres y 35 menores de 16 años, se ha iniciado la segunda operación de rescate, ahora desde Islamabad. A pie de pista les han recibido los ministros de Asuntos Exteriores, Jose Manuel Albares y la titular de Defensa, Margarita Robles.

FOTO: EFE/ Román Ríos

Un terremoto de magnitud 5,9 grados ha golpeado de madrugada la provincia de Beluchistán, en el suroeste del país. El epicentro del seísmo ha sido a unos 14 kilómetros de la ciudad de Harnai. Hay al menos 23 muertos y 300 heridos,  entre los que hay varios niños. Un balance que podría aumentar en las próximas horas, ya que las tareas de rescate continúan.

El panorama en la zona afectada es desolador. Mucha de la población vive en casas de adobe bastante endebles, que han quedado completamente destrozadas por los temblores.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se encuentra de visita en Catar, donde hoy se reúne al más alto nivel con el Emir para negociar la salida de Afganistán de más colaboradores españoles. Tras su viaje de la semana pasada a Pakistán, Albares para en el segundo país con contacto e influencia sobre el nuevo gobierno afgano: “Son los dos países fundamentales, con conocimiento e influencia. El mensaje es el mismo que en Pakistán: que nuestros colaboradores puedan salir libremente, que la ayuda humanitaria pueda llegar y que se respeten los derechos humanos, especialmente de las mujeres y las niñas”. Albares dice que también es importante para estos dos países evitar una crisis de refugiados en la región y reitera que la comunidad internacional no tiene planes de reconocer ni establecer un diálogo directo con los talibanes: “No hay intención de tener conversaciones políticas, ni contactos políticos, ni reconocimiento del gobierno talibán. Por tanto, ahora mismo eso ni quita ni pone. Si puede haber contactos operativos para esos tres fines”. Albares también aprovechará la visita de hoy para hacer “diplomacia económica” y se reunirá con fondos de inversiones cataríes que tienen inversiones en nuestro país y viceversa.

Al otro lado de la frontera de Afganistán, en Pakistán, los talibanes tienen sólidas raíces... En sus escuelas coránicas se originó el movimiento. A unas 2 horas en coche de Islamabad, se encuentra el lugar en el que se escondía Osama Bin Laden: Abbottabad. FOTOGRAFÍA: REUTERS/Akhtar Soomro.

Osama Bin Laden, el cerebro de los atentados del 11-S, se convirtió en el enemigo público numero 1. Este año se cumplen tambien 10 años de su muerte. Fue abatido por un comando especial de Estados Unidos en Abbottabad, en Pakistán . Un equipo de enviados especiales de TVE ha estado allí, en el lugar en el que murió.

[Especial: 20 aniversario del 11-S]

FOTO: Dos policías de Nueva York, junto a la portada de un períodico con la imagen de Osama Bil Laden en septiembre de 2001. REUTERS/Russell Boyce.

Muchos de los miembros del gobierno anunciado por los talibanes en Afganistán, así como el propio fundador de los talibanes, el Mulá Omar, se formaron en la escuela coránica de Haqqaniya, en Pakistán, en la que ha entrado un equipo de televisión española y el enviado especial Óscar Mijallo. 

Hamid ul Haqqani es el rector de esta madrasa, situada a 50 km de Peshawar, y considerada el centro de formación religioso más importante de Pakistán y de buena parte de Asia. "El Islam no es terrorismo", asegura Ul Haqqani. 

Unos 2.000 alumnos estudian el Corán, la jurisprudencia islámica y el hadith, las conversaciones de Mahoma, para obtener un titular superior equivalente a un máster académico.

Antes de caer, el depuesto gobierno afgano había pedido su cierre y la calificó como "la universidad de la yihad", por formar talibanes para luchar en Afganistán.

Foto: TVE

Ciudadanos afganos que se encuentran refugiados en la ciudad de Peshawar, capital de la región pakistaní que acoge al 58% de las personas procedentes del país fronterizo -Jaiber Pastunjuá- ven con relativa esperanza la llegada de los talibanes al poder tras veinte años de conflicto armado. Piden la colaboración internacional para que los hasta ahora insurgentes sean capaces de pacificar el país.

Pakistán lleva más de 40 años acogiendo refugiados. Según Naciones Unidas más de un millón de afganos viven en el país vecino. Varios salieron tras la ocupación soviética y otros con la llegada de los talibanes. Todos desean lo mismo, que la paz llegue algún día a Afganistán.

Los talibanes siguen sin nombrar Gobierno en Afganistán mientras el país trata de recuperar la normalidad. Ya se han retomado los primeros vuelos internos desde el aeropuerto de Kabul. Los combates se recrudecen en el bastión de la resistencia afgana, el Valle de Panjshir, donde los talibanes aseguran que han tomado cuatro de los ocho distritos. La inestabilidad se traslada a los países vecinos, como Pakistán. Al menos tres personas murieron y otras 20 resultaron heridas -entre ellas, 16 militares- este domingo en un atentado suicida contra un puesto de control de las fuerzas de seguridad en la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, en un ataque reivindicado por el principal grupo talibán del país, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP).

La provincia de Panjshir se encuentra a sólo 300 kilómetros de la ciudad pakistaní donde las tropas de élite de Estados Unidos abatieron al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, uno de los nombres propios en estos 20 años de intervención en Afganistán. Hasta allí se ha desplazado un equipo de TVE. En la imagen, un talibán sentado con su arma en Kabul (04/09/21). Foto: Reuters.

La frontera entre Pakistán y Afganistán está formada por 800 kilómetros de espino, cuatro torres y hasta drones. Pakistán intenta que no entre en su país el opio, principal ingreso de la economía afgana, pero las organizaciones humanitarias lamentan que esto impide a los refugiados que ahora huyen de los talibanes entrar en el país vecino.

Unos 800 de los 1.200 kilómetros que tiene la frontera de Pakistán con Afganistán están fortificados con vallas y alambres de espino, así como con fortificaciones y sistemas avanzados de vigilancia, para impedir la infiltración de elementos sospechosos y el tráfico de drogas (FOTO: REUTERS).