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En Estados Unidos, un hombre ha sido ejecutado por cometer un asesinato hace 17 años. Es el tercero en esta semana, el número 36 en lo que va de año. Y aunque la mayoría de los norteamericanos apoyan la pena la muerte, el número de ejecuciones desciende, lentamente, en todo el mundo.

La 'Operación Twist' es la medida tomada por la Fed, la Reserva Federal estadounidense, para reactivar la economía canjeando los bonos a corto plazo por otros a largo. Este intento de favorecer los flujos de interés no ha caído bien a las bolsas. Javier Niederleytner, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), explica por qué los mercados se han tomado con desconfianza la nueva medida.

La ejecución de Troy Davis, acusado de haber matado hace 22 años a un policía en Georgia, Estados Unidos, ha estado paralizada esta noche durante cuatro horas. Un recurso de sus abogados dio nuevas esperanzas al condenado, pero finalmente, el Tribunal Supremo lo rechazó y Davis fue ejecutado mientras proclamaba su inocencia. El Tribunal Supremo de Estados Unidos ordenó en el último minuto suspender su ejecución. Pero fue sólo por unas horas. Una vez decidido que no había nada nuevo que añadir al caso, el estado de Georgia procedió al ajusticiamiento del reo.

Las últimas palabras de Troy Davis, atado a la camilla, fueron: "No soy responsable de lo que pasó aquella noche. Yo no estaba armado. Yo no maté a su hijo, ni a su esposo, ni a su padre." 15 minutos después, pasadas las 11 de la noche, se certificó su muerte. "Esto es una farsa, un escándalo de escala mundial", sostiene la portavoz de Amnistía Internacional, que había logrado reunir un millón de firmas en petición de clemencia.

Una hora antes, en Texas, la justicia ejecutaba a otro hombre: Lawrence Russell Brewer, un racista radical que hace 13 años secuestró y mató a un hombre de color arrastrándolo a lo largo de 3 kilómetros atado a su furgoneta.

Sólo en este año, ya son 35 las personas a las que se les ha aplicado la pena de muerte en Estados Unidos.

La reunión entre el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha acabado sin acercamiento.

Frente al gesto serio de su entrevista con Abás, de la que sólo han trascendido fotos y el descontento del presidente palestino con Obama, el presidente de EE.UU. y Benjamin Netanyahu parecen haber dejado atrás la hostilidad de tiempos pasados.

Aunque los palestinos aseguran que seguirán con su iniciativa, es posible que den más tiempo para que sea estudiada por el Consejo. O renunciar al reconocimiento pleno e intentar ser aceptado como estado observador.