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Entre finales de los años 70 y principios de los 90, 30.000 personas recibieron transfusiones de sangre contaminada en el Reino Unido. Procedía de Estados Unidos porque en Gran Bretaña no había suficiente, pero la vendían presos y enfermos sin que nadie comprobara su estado. Muchos se contagiaron de enfermedades como el VIH o Hepatitis C y más de 3.000 personas murieron. Ahora, un informe deja dos conclusiones demoledoras: se pudo haber evitado y el Gobierno ocultó la verdad.

A pie del siniestro, la televisión pública iraní daba la noticia de la muerte del presidente del país, Ebrahim Raisi. El helicóptero del mandatario perdió el control y se estrelló durante un viaje. Mohammad Mojber ocupa por el momento el puesto de presidente interino hasta las próximas elecciones, que se celebrarán en los siguientes 50 días y reabre la cuestión sucesoria en un país revuelto tras las manifestaciones ciudadanas de 2022.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ha muerto tras el accidente de helicóptero que sufrió este domingo. Clérigo ultraconservador y exjefe judicial de Irán, Raisi fue elegido presidente el 18 de junio de 2021, después de que el Consejo de Guardianes vetara la participación de los principales candidatos reformistas y centristas.

Prácticamente, sin oposición, el mandatario obtuvo casi 18 millones de votos, o lo que es lo mismo, cerca del 62% del total, de acuerdo a la agencia estatal iraní IRNA y juró el cargo el 5 de agosto de 2021. Sin embargo, la participación apenas alcanzó el 48%, muy por debajo del 72% de las anteriores elecciones, algo que las autoridades iraníes achacaron a los últimos coletazos de la pandemia de covid-19.

Foto: Presidencia iraní /Agencia WANA

Las autoridades de Irán han confirmado la muerte del presidente del país, Ebrahim Raisí, en el accidente del helicóptero en el que viajaba, y que el domingo se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en el noroeste del país. En el aparato viajaban también el ministro de Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malik Rahmati, entre otros altos cargos.

Foto: EFE/EPA/AZIN HAGHIGHI/MOJ NEWS

Desde el 15 de abril 2023 cada día que pasa en Sudán es un día más de infierno. La brutal guerra entre el Ejército y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápidas (RSF) es ya una de las peores crisis humanas que se recuerdan, que ha provocado el desplazamiento forzado de casi 9 millones de personas de las que 1,9 millones han huido del país. La mayoría eran habitantes de Darfur Occidental, donde las poblaciones no árabes, según un nuevo informe de Human Rights Watch, sufren una limpieza étnica.