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Después de la matanza de civiles, en Kramatorsk hay silencio y desolación. Se pueden ver los coches que ardieron con sus ocupantes dentro. Al menos en uno había niños. 24 horas después todavía estaban recuperando sus restos. Los cristales de la estación y de los edificios de la plaza están prácticamente intactos. El misil explotó en el aire. Se puede leer su número de serie para identificar el arsenal y país de procedencia. Ni una sola de las víctimas era militar, ha informado el jefe de policía de Kramatorsk. El viernes había unas mil personas en la estación. Ucranianos, rusos y separatistas sabían que era el principal puerto de salida para los refugiados del Donbás.

Foto: Restos del misil cerca de la estación de tren de Kramatorsk (Reuters/Handout via REUTERS)

Tras el bombardeo de la estación de Kramatorsk, el ritmo de evacuación de civiles se ha ralentizado. Kramatorsk se trataba de un importante nudo ferroviario, por lo que las autoridades buscan ahora alternativas para continuar con las evacuaciones. En la estación central de Kiev, donde se encuentra nuestro enviado especial, Fran Sevilla, llegan desplazados especialmente de la región del Donbás. Mientras, continúa la conmoción por la mayor masacre de la guerra.

Hoy vuelven a reunirse los representantes ruso y ucraniano para una nueva ronda de negociaciones, después de que los bombardeos se hayan endurecido un día más en todos los frentes del país. Oleksii Otkydach, analista político ucraniano en Kiev, explica en Las Mañanas de RNE que esto es algo que ha venido ocurriendo antes de todos los encuentros y que ya no les sorprende.

“No tenemos esperanzas en que las negociaciones tengan resultados”, indica Otkydach, quien considera que mientras Rusia mantenga las mismas condiciones, no llegarán a un acuerdo. Opina que, pese a ello, el pueblo ucraniano está muy preparado para resistir, pero insiste en la importancia de la creación de una zona de exclusión aérea para reducir los ataques sobre civiles.

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La Audiencia Nacional ha condenado al exviceministro de Seguridad Pública de El Salvador,  Inocente Montano, a 133 años de prisión como responsable de los asesinatos de Ignacio Ellacuría y de otros cuatro jesuitas españoles en 1989. La sentencia considera probado que Montano participó en la reunión de oficiales del alto mando militar en la que se ordenó matar al padre Ellacuría con el único fin de sembrar terror en la población y perpetuar su posición de privilegio.

Una escalada de violencia está sembrado el miedo en Colombia, donde creían que este tipo de asesinatos eran parte del pasado. El presidente Iván Duque apunta al crimen organizado, el Ejército de Liberación Nacional y a disidencias de las Farc. En los últimos once días, se han producido seis matanzas en distintos puntos del país que han dejado al menos 33 muertos, la mayoría jóvenes.

Los investigadores tratan de aclarar qué llevó a un militar de 32 años a ir armado a un centro comercial y disparar de forma indiscriminada. Dejó 29 victimas mortales, entre las que había menores, policias y militares. Además, hay 52 heridos, algunos graves, que han recibido la visita de las autoridades.

Carlos García Juliá ha ingresado este viernes en la cárcel de Soto del Real. El que fuese uno de los autores de los asesinatos de cinco abogados laboralistas en el despacho que tenían situado en la Calle Atocha 55, ha sido condenado a 193 años de prisión. Una condena que cumplirá finalmente en España después de que haya sido extraditado por Brasil este jueves donde se encontraba cumpliendo condena desde hacía más de 20 años.

El ultraderechista español Carlos García Juliá, uno de los autores de la matanza de Atocha de 1977, ha sido extraditado este jueves desde Sao Paulo, donde estaba preso desde hacía un año, y ha ingresado en la prisión madrileña de Soto del Real, según han confirmado a TVE fuentes penitenciarias, para cumplir la pena de cárcel pendiente por los cinco asesinatos y cuatro intentos de homicidio cometidos en 1980 en un despacho de abogados laboralistas.