El Gobierno de Tailandia ha ofrecido negociación y ha prometido que la policía no utilizará la fuerza contra los manifestantes. Pero las fuerzas de seguridad han vuelto a usar gases lacrimógenos, pelotas de goma, botes de humo y cañones de agua para dispersar a los manifestantes que a su vez les lanzaban piedras y botellas.
También se han agravado los choques entre partidarios del gobierno y opositores. Al menos cinco personas murieron y más de 50 resultaron heridas en choques entre partidarios y detractores del Ejecutivo este domingo. No se vivía una situación tan tensa en las calles de Bangkok desde 2010 cuando los enfrentamientos entre los dos bandos dejaron casi un centenar de muertos.