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La presidenta de Brasil ha roto su silencio tras una semana de multitudinarias protestas. Ha ofrecido diálogo con los manifestantes pero también ha dicho que no tolerará actos de vandalismo. Entre sus propuestas: un gran pacto.

El ministro secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, ha expresado su preocupación en una reunión con varias autoridades para tratar los preparativos de la visita del pontífice. El jueves murieron dos personas en las multitudinarias manifestaciones. La plataforma que lideró la protesta por el transporte público da una tregua.

Las protestas más multitudinarias en dos décadas en el país se incrementan con el paso de los días. Ya no se conforman con la retirada de la subida del transporte: piden más transparencia para acabar con la corrupción y mejores servicios públicos.

Cerca de un millón de brasileños han salido a las calles en todo Brasil para exigir mejores servicios públicos, entre otras reclamaciones, después de haber logrado la bajada del precio del transporte urbano, el motivo inicial de las protestas.

Convocados por las redes sociales, los manifestantes respondieron en masa a la llamada a gritar en el espacio público brasileño con movilizaciones muy numerosas en ciudades como Río de Janeiro, Sao Paulo, Recife y Brasilia. Fue un movimiento pacífico, con escasos incidentes, que se desarrolló en un clima festivo.

En uno de estos incidentes, una persona ha muerto atropellada en la ciudad de Riberão Preto, en el estado de São Paulo, mientras participaba en una de las protestas que ocurrieron en casi 80 municipios del país para exigir mejores servicios públicos, entre otros motivos.

Sao Paulo y Río de Janeiro, las dos mayores ciudades de Brasil, cedieron el miércoles a la presión de las mayores protestas en dos décadas y bajaron el precio del transporte público, que era la reclamación inicial de los cientos de miles de manifestantes que han salido a las calles desde la semana pasada.

En Argentina, según los datos oficiales, la economía sigue creciendo, en torno a 1,5%, pero la inflación está disparada. El dólar se convierte en moneda refugio, mientras el peso argentino pierde valor. Y no solo frente al dólar; también frente a las monedas de países vecinos como Brasil o Paraguay. En Bariloche, una de las ciudades más turísticas de Argentina. Al atractivo de sus estaciones de esquí y de su paisaje de lagos y montañas se suma ahora el de la posibilidad de hacer compras a buen precio, debido al cambio ventajoso que ofrece un debilitado peso argentino. Los precios son aún mejores si para cambiar los dólares se recurre al mercado negro en vez de al oficial. Los argentinos le llaman el dolar blue, aunque a principios de mayo lo bautizaron también como el dólar Messi, en alusión al número 10 que luce en su dorsal el jugador. Y es que el pasado 7 de mayo en el mercado negro un dólar se cambiaba por más de 10 pesos, casi diez y medio, el doble que el cambio oficial. Más que mercado negro es en realidad un mercado paralelo, porque la cotización del dolar blue puede consultarse cada día en la prensa y en internet. Empezó a funcionar a finales de 2011, cuando el gobierno impuso fuertes restricciones a la compra de moneda extranjera para hacer frente a la caída de la reserva de divisas. Desde entonces, ese mercado convive con el oficial, ante el asombro de los visitantes extranjeros. Del auge del dolar blue, lo expertos responsabilizan en último extremo a una situación económica marcada por una elevadísima inflación, que sitúan en torno al 25% y que erosiona tanto el poder adquisitivo como el valor de los ahorros. En un año electoral, el gobierno se niega devaluar el peso, que va perdiendo valor, lo que crea un clima de desconfianza. Y los argentinos que pueden ahorrar no quieren hacerlo en pesos, sino en moneda estable, preferiblemente en dólares, tan escasos como caros.

En El Salvador, miles de niños fueron robados durante la guerra civil que azotó el país. Es el caso de David, un joven salvadoreño que fue robado con un año y dado en adopción en Estados Unidos. Ahora, 27 años después se ha reencontrado con su familia biológica.

Las movilizaciones de Brasil comienzan a tener resultados. Varios ayuntamientos van a retirar la subida del transporte público, que fue lo que llevó a la calle a miles de brasileños.