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Suelen ser cuestiones sobre las que Benedicto XVI quiere hacer especial hincapié, sin eludir temas espinosos. Lo ha hecho en las dos anteriores visitas a nuestro país.

Benedicto XVI ha salido a las 9.31 horas del aeropuerto de Ciampino de Roma rumbo a Madrid para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, a bordo en un avión Airbus 320 de la compañía italiana 'Alitalia'. El avión del Papa recorrerá 1.348 kilómetros y el vuelo durará alrededor de dos horas y media. El Papa sobrevolará Italia y Francia hasta llegar a Madrid y, como es habitual, enviará sendos telegramas a los jefes de Estado de estos países.

La radiografía de los jóvenes católicos españoles ha cambiado en los últimos años: viven la religión de forma flexible, comprometidos pero adaptándola a su forma de vida. Algo más de la mitad, un 56%, son creyentes pero el porcentaje de los practicantes se situa en el 12%.

Calles sin coches pero repletas de gente y restaurantes y terrazas, sobre todo del centro, más concurridos de lo habitual.

Se calcula que 230 mil personas acudirán a las catequesis que 270 obispos ofrecen en 30 idiomas desde hoy hasta el viernes en Madrid. La ciudad, en medio del intenso calor y de cientos de miles de peregrinos.

La gran mayoría de jóvenes católicos que ya están en Madrid para asistir a la Jornada, han recogido esta mañana sus acreditaciones. Mientras unos se han acercado al Retiro para confesarse, otros se han dedicado a hacer turismo.

La celebración de la Jornada Mundial de la Juventud corta el tráfico en varios puntos de Madrid y también el tráfico aéreo: uno de ellos es el aeródromo de Cuatro Vientos.

Acoger a tantos peregrinos no es tarea fácil. La organización es fundamental. Hoy lo hemos comprobado en Campo de Criptana, Ciudad Real. Centenares de familias se han volcado con los peregrinos que han llegado hasta ahí

Han ido llegando de todas las partes del mundo. Jóvenes católicos pertenecientes a asociaciones vinculadas a la iglesia o simplemente hijos de familias creyentes. Es su respuesta a la llamada del Papa para participar en la jornada mundial de la juventud, un encuentro que inicio Juan Pablo II en 1985 y que se repite cada tres años en diferentes ciudades del mundo.

En Barcelona, en el Forum, se ha celebrado, esta mañana, una misa oficiada en varios idiomas, a la que han asistido treinta mil personas. Se calcula que unos diez mil jóvenes pasarán por Santiago de Compostela, hoy muchos de ellos han subido al monte Do Gozo donde les han recibido con un concierto. 300 jovenes bielorrusos han llegado a Lliria, Valencia.. la mayoría pasan estos días, acogidos por familias, antes de comiencen su camino a Madrid. Y en Cantabria, peregrinos suecos, ingleses, polacos, entre ellos algunas religiosas, han aprovechado para ir a la playa.

Unos 600 jóvenes bielorrusos están ya en Llíria, Valencia, donde han asistido a una misa esta mañana a mayoría acogidos por familias. En Santiago de Compostela, les han dado la bienvenida con una fiesta en el Monte do Gozo. En Bilbao, les han bailado este Aurresku, en el polideportivo donde van a pasar la noche y en el Castillo de Javier, en Navarra, cantos y bailes. Todos juntos esparan así la llegada del Papa

Será la segunda vez que se celebran en nuestro país. Fue Juan Pablo II quien hace 26 años, creó las jornadas de la Juventud...se encontrarían todos los años en Roma, pero también cada tres en cualquier parte del mundo, durante una semana, en verano. Así nacían las jornadas mundiales.

En Chile, continúan las protestas estudiantiles que le exigen al gobierno que la educación pública sea gratuita y de mejor calidad. El presidente Piñera ha insistido en que la educación hay que pagarla. Concentración pacífica frente al Palacio de La Moneda, sede del gobierno chileno. El presidente Piñera no tiene ninguna intención de reformar el sistema educativo.

Algunos de los casi 500 mil jóvenes que van a participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud ya han llegado a España. Y no sólo a Madrid. Hoy hemos encontrado peregrinos en Santander y en Extremadura.

Hay un abono transportes especial para los peregrinos. Cuesta un 80 por ciento menos que el habitual de los turistas: cuatro euros, el válido para 3 días y 10 el de una semana. Unos precios muy alejados de los 25 y 50 euros que pagaría cualquier visitante. La Comunidad y el ayuntamiento de Madrid, gestoras del Metro y los autobuses defienden que se trata de una rebaja especial y no de una subvención.