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En la vecina Irak, los extremistas del Estado Islámico han cometido otra masacre cultural que suscita nuevamente la indignación de mundo entero. Esta vez han destrozado la ciudad asiria de Nimrud, fundada en el siglo 13 antes de Cristo.

Las tropas iraquíes han lanzado hoy una amplia operación militar para expulsar al grupo yihadista Estado Islámico del norte de la provincia de Saladino, al norte de Bagdad, y recuperar Tikrit. El avance  terrestre de las tropas va acompañado por bombardeos de artillería contra posiciones de los yihadistas. Hasta el momentos, el ejército iraquí ha recuperado algunas zonas y localidades. Irak vive desde junio una lucha contra el Estado Islámico, que ha proclamado un califato en el norte iraquí y sirio.

La brutalidad del Estado Islámico se extiende también a la cultura, como ha quedado patente con la destrucción de las antigüedades del museo de Mosul. Una irreparable pérdida que el gobierno iraquí trata de compensar ahora con la reapertura del Museo de Bagdad.

  • Etnias y confesiones se entremezclan
  • Distintas corrientes del Islám y el cristianismo conviven en el país
  • El grupo Estado Islámico trata de erradicar a muchas de esas minorías

Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdag, es el principal bastión del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico en Irak. Los yihadistas tomaron la ciudad en julio pasado y expulsaron inmediatamente a los cristianos que se negaron a convertirse al islam. Bajo amenaza de muerte, miles de ellos huyeron en avalancha hacia el vecino Kurdistán. Mosul, una ciudad con dos millones de habitantes, es ahora mismo un enclave estratégico para la milicia islamista, que sufriría un serio revés si lo perdiera. Como teme un ataque inminente de Irak con apoyo internacional, está empezando a amurallar la ciudad y a cavar trincheras para defenderse. Además, en las últimas horas los yihadistas han procedido a destruir piezas de arte preislámico de incalculable valor (27/02/15).