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El Tribunal Constitucional ha rechazado admitir el recurso de amparo presentado por Juana Rivas para que se suspendiera la sentencia que ordenaba entregar a sus hijos a su marido y ha alegado "extemporaneidad" en la presentación de la demanda de la mujer La sección de vacaciones del TC ha tomado esta decisión en una providencia en la que argumenta al "extemporaneidad" del recurso, por lo que la mujer, ilocalizable desde hace varias semanas, tendrá que entregar a sus hijos al padre, sobre el que pesa una orden de detención.

Juana Rivas, la madre de Maracena, en Granada, sobre la que pesa una orden de detención después de que el pasado 26 de julio no entregara a sus dos hijos menores al padre, condenado en su día por maltrato, ha indicado en una carta que esconderse "es la única forma" a su alcance para proteger a sus hijos, "sus joyas más preciadas", de "la auténtica pesadilla de terror" a la que se están enfrentando.

Rivas, en una carta facilitada por su entorno a Europa Press, ha querido agradecer "todo el apoyo" recibido ante el que no tiene "suficientes palabras de agradecimiento" y, asimismo, ha pedido a los jueces que tramitan la entrega de sus hijos a su padre, Francesco Arcuri, condenado en 2009 por un delito de lesiones en el ámbito familiar, que se pongan en su lugar y "paren esta locura".

La madre maracenera alega en la referida carta, fechada este pasado lunes 14 de agosto, que con su huida no está haciendo "nada malo" y que "si la ley se hubiera aplicado no estaría en esta situación".

La Audiencia Provincial de Granada ha resuelto en contra de los intereses de Juana Rivas, la vecina de Maracena que permanece en paradero desconocido desde que incumpliera la orden judicial de entregar a sus hijos al padre, en la resolución del incidente excepcional de nulidad que presentó ante este tribunal provincial, la cual incide en que ha de restituir los menores a su progenitor, residente en Italia.

Charlie Gard, el bebé aquejado de una rara enfermedad genéticaha muerto en un hospital para enfermos terminales, según ha comunicado la familia.

Chris Gard y Connie Yates, los padres del pequeño de once meses afectado por una enfermedad mitocondrial congénita, lucharon durante meses para poder trasladar a su hijo a Estados Unidos a fin de someterlo a un tratamiento experimental, contra el parecer del hospital londinense Great Ormond Street, que trataba al bebé.

El pequeño de once meses padecía el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos, hasta que el cuerpo eventualmente sufre una falla respiratoria total.

Finalmente, desistieron cuando los expertos demostraron que los daños eran irreversibles.