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  • El estallido de un teléfono provocó el incendio en el que fallecieron cuatro personas en la localidad sevillana de Guillena
  • Los especialistas recalcan que las baterías siguen siendo muy seguras, pero hay que hacer un uso adecuado de ellas

La Guardia Civil ha determinado que el incendio de Guillena, en Sevilla, en el que murieron cuatro personas de una misma familia, tuvo su origen en un móvil. Según el Instituto Armado, la batería del teléfono explotó mientras se cargaba, provocando que ardiera la casa. Dejar el móvil cargando sobre una fuente inflamable o durante horas puede suponer un riesgo, según alertan los expertos. Frente a esto, utilizar elementos originales o vigilar el tiempo conectado a la electricidad puede reducirlo. También recalcan que es importante vigilar si se hincha la carcasa o si se calienta, ya que podría ser una señal de que la batería no está bien.

Cuatro personas, todas ellas de una misma familia, entre ellos un menor, han muerto en un incendio en una vivienda de la localidad sevillana de Guillena. Por las marcas de humo que han teñido la fachada del inmueble, el fuego ha afectado principalmente a la segunda planta. Los fallecidos son un matrimonio de 48 y 52 años y sus dos hijos de 21 y 16. Foto: Francisco J. Olmo / Europa Press

Este jueves se ha producido un incendio en un edificio de viviendas de Valencia en el que 11 personas han sido atendidas por inhalación de humo, de las cuales tres de ellas han sido trasladadas al hospital y una de ellas era un niño de 11 años. El fuego se ha iniciado en una casa de la tercera planta del inmueble. La policía investiga si el origen del incendio ha sido producido por un patinete eléctrico que se estaba cargando en el momento de los hechos.

Este martes se cumple un año del incendio de las discotecas de Murcia en el que murieron 13 personas. Los familiares de las víctimas denuncian que hubo una cadena de negligencias, porque los locales no tenían licencia de actividad. Sin embargo, ha pasado un año y todavía no se ha cerrado la investigación. Mientras que sobre el terreno, en el lugar del siniestro, las máquinas trabajan para demoler lo que queda de las discotecas.

La capital de Ecuador, Quito, ha quedado envuelta en humo por los incendios que afectan a varios parques forestales en la ciudad. Los vecinos se han sumado a los bomberos para intentar apagar las llamas, mientras sufren racionamiento de agua y cortes de electricidad por las paradas en las centrales hidroeléctricas debido a la peor sequía en el país en 60 años. Aunque acaba de terminar el invierno en el hemisferio sur, los incendios azotan varios países de Sudamérica desde hace semanas. Las altas temperaturas y la sequía alimentan las llamas y encienden las alarmas climáticas.

Foto: Juan Diego Montenegro/dpa

Decenas son los portugueses que han perdido sus hogares en los incendios que han sacudido el país en la última semana. Un escenario que muchos han señalado de "catastrófico" y "apocalíptico" después de ver cómo las llamas devoraban sus propiedades. Varias han sido también las aldeas que han perdido sus casas, una larga lista de daños y damnificados que esperan las ayudas del Gobierno de Portugal. En total, siete personas han muerto en los incendios.

Más de 200 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias de España están trabajando en la lucha contra los incendios que han arrasado amplias zonas del norte y centro de Portugal. Según el sistema europeo Copernicus, cerca de 120 mil las hectáreas han sido ya arrasadas por el fuego, siendo uno de los peores registros del país en décadas. Los efectivos de la UME se dedican, entre otras cuestiones, a proteger las viviendas. La ola de incendios ha causado ya siete fallecidos, varias decenas de heridos, la evacuación de otros tantos civiles y miles de hectáreas consumidas por el fuego. Entre las infraestructuras afectadas se encuentran viviendas, locales comerciales y almacenes.

En Portugal, miles de bomberos luchan contra la ola de incendios que amenazan el centro y el norte del país, a los que se han sumado efectivos españoles de la UME. Aunque el tiempo ha mejorado, hay todavía más de 50 focos activos. Los bomberos siguen intentando llegar a sitios de momento inaccesibles y hay muchos pueblos envueltos en una nube de humo, con las escuelas cerradas.