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El 13 de marzo de 2013, el argentino Jorge Mario Bergoglio se convertía en el primer papa latinoamericano y jesuíta de la historia. Fiel a su sencillez, el papa Francisco no ha celebrado el lustro de su papado con ningún acto. Nadie discute, cinco años después, que el papa da sentido a su nombre, inspirado en San Francisco de Asís, el santo de la paz, la sencillez y de la naturaleza. Desde 2013, el pontífice ha trabajado por renovar la Iglesia,  convertirla en más social y excluyente. Ahora, el papa sigue empeñado en recuperar el mensaje cristiano original: misericordia, servicio y generosidad. Sus tareas pendientes: la lucha contra el abuso sexual en la Iglesia y la apertura del sacerdocio a las mujeres.

Tres integrantes de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, conocida como Los Miguelianos y desmantelada en 2014 en una redada policial, han defendido públicamente a su líder espiritual, Miguel Rosendo, que permanece en prisión. Aseguran que no hubo relaciones ni abusos sexuales y niegan haber sido "vejadas, humilladas ni manipuladas" por el líder, al que han definido como "un padre de familia inocente".

Las mujeres han señalado que el proceso contra la organización fue "un montaje" ideado por el sacerdote y asistente eclesiástico de la Orden, Isaac de Vega, el cual está detrás de estas acusaciones que, en su opinión, buscaban "destruir la asociación" y "conseguir poder".