Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Al menos 7.000 personas, según la Policía, se han reunido este miércoles de forma pacífica en la plaza Sintagma (Constitución) de Atenas, en respuesta a una llamada de "los indignados" griegos para protestar contra las medidas de austeridad del Gobierno.

El Ibex 35 ha cerrado este viernes con un descenso del 1,45%, hasta los 10.200 puntos, arrastrado por la presión sobre la deuda, después de que la prima de riesgo española, que mide el diferencial del bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, haya superado los 240 puntos básicos. El mercado también acusa la decisión de la agencia calificadora Fitch de rebajar la deuda de Grecia hasta B+, por debajo de 'bono basura'.Todos los valores, excepto la renovable Gamesa y Ferrovial, han cerrado en números rojos. Las pérdidas se extienden al resto de parqués europeos, como el alemán, Dax 30 que ha bajado un 1,25% y el francés Cac 40, registra un descenso del 0,93%.

El comisario europeo de Economía, Olli Rehn, ha avanzado que Grecia podría acceder a una "reorganización" de la deuda, a través de la ampliación voluntaria de los plazos de vencimiento. Rehn lo ha anunciado después de la reunión de lo ministros de Finanzas de la UE, el Ecofin. Además, se ha aprobado la ampliación del Fondo de Rescate de la UE, hasta 700.000 millones de euros, con una capacidad efectiva de préstamos de 440.000 millones.

La ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, ha asegurado en Bruselas que cree inevitable una ampliación del actual plan de rescate griego. "Tenemos que esperar al final de la misión, pero hay una sensación de que habrá que tomar alguna medida adicional", ha afirmado la vicepresidenta segunda del Gobierno. El Eurogrupo adoptará nuevas decisiones sobre Grecia en su próxima reunión del 20 de junio en Luxemburgo, una vez que se conozcan los resultados de la misión de la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que se encuentra en Atenas para evaluar el grado de cumplimiento del plan de ajuste y las necesidades de financiación griegas. Algunas de esas medidas serían flexibilizar el actual plan de rescate, permitir que Grecia devuelva más tarde los préstamos públicos y obligar a los bancos privados a que acepten esta demora, según RNE. Es decir, que los bancos europeos extiendan los plazos de vencimiento de la deuda para dar a Atenas más tiempo para pagar y reclamarles que compren nuevos bonos, según han explicado a Europa Press fuentes europeas.

Todas las miradas se vuelven a centrar en Grecia. En unos días se conocerá el diagnóstico sobre sus finanzas de los técnicos de la Unión Europea y el FMI que están trabajando sobre el terreno. Su informe será básico para poder decidir nuevas ayudas y nuevas condiciones.

Pero sin nuevas reformas económicas y más medidas de austeridad Bruselas no quiere negociar un segundo rescate. Los detalles de esos ajustes saldrán del informe que la delegación en Atenas del FMI, la Unión Europea y el Banco Central. El Gobierno griego tiene un mes de plazo para impulsar su programa de privatizaciones, que no acaba de salir adelante. Con él, el Estado vendería participaciones en empresas públicas en sectores estratégicos como la electricidad o la distribución de agua potable por unos 50.000 millones de euros.