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Los ministros de la Eurozona han dado luz verde al mecanismo de ayuda a Grecia. 110.000 millones de Euros, de los que la UE aportará 80.000 millones. A partir de la próxima semana los Parlamentos Nacionales darán su visto a los préstamos que deben estar en manos griegas antes del 19 de mayo. España aportará 9.800 millones.

El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, ha defendido este domingo en un consejo de ministros extraordinario el plan de austeridad acordado con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota del país. En estos momentos no se puede refinanciar la deuda.

La crisis griega está poniendo a prueba a Europa: a la Europa de los 27. A una comunidad de naciones que comenzó hace 53 años cuando 6 países europeos firmaron el Tratado de Roma. Primero vino la unión económica y después la política pero la economía o mejor dicho, la crisis económica, ha hecho que se tambaleen algunos pilares del gigante europeo. Atenas necesita 120.000 millones de euros durante los próximos 3 años para salir de la bancarrota. Un dinero que sus socios del euro han prometido prestarle, pero el retraso de la ayuda a causa de las reticencias de Alemania amenaza con hacer todavía más profunda la crisis, e incluso con provocar un efecto dominó sobre otras economías del euro. Una situación que complica aún más la Presidencia Española y que coincide con un momento de mutación en la Unión Europea.

El primero de mayo se ha vivido en Grecia con enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. Los sindicatos han protestado por el plan de ajuste para sanear la economía del país. Según el Gobierno, ya podría haber acuerdo con la Unión Europea y el FMI sobre la ayuda financiera a Grecia.

La mayoría de los alemanes son reticentes a dar dinero a Atenas. Pero no todos. Los bancos germanos, que han comprado buena parte de la deuda griega, perderían mucho si Grecia se declara en bancarrota.