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Los equipos de rescate continúan retirando escombros y buscando en los edificios derruidos tras el terremoto que azotó el sureste de Turquía el domingo. El último balance oficial de muertos es de 366, con 1.300 heridos.

Mientras se siguen recuperando cuerpos, quienes se han quedado sin casa duermen en la calle, pese al intenso frío, o en campamentos improvisados por la Media Luna Roja en la provincia de Van, cerca de la frontera con Irán, la más afectada por el temblor.

Los vecinos están aterrados por las réplicas y la posibilidad de otro gran terremoto. "Tenemos miedo, hay temblores todo el tiempo. Los trozos de cemento caen de los edificios", dice Farzande Dilmac, de 70 años.

La Media Luna Roja turca ha distribuido 13.000 tiendas, y está preparando refugios para 40.000 personas, aunque aún no hay estimación del número de personas que se han quedado sin casa.

Los restos mortales del piloto italiano Marco Simoncelli, que falleció el domingo durante el Gran Premio de Malasia, ya están en Italia. El presidente del Comité Olímpico Italiano (CONI), Gianni Petrucci, ha recibido el avión que trasladaba el cuerpo del piloto italiano junto a sus familiares. El vuelo aterrizó a las 6:10 de la mañana de este martes en el aeropuerto de Fiumicino. Acompañaban al piloto fallecido su padre Pablo Simoncelli y su novia Kate, junto a Valentino Rossi.

Los diputados británicos se han opuesto en una votación parlamentaria, con 483 votos en contra y 111 a favor, a una moción que pedía la celebración de un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Aunque el resultado no es vinculante para el Ejecutivo británico, es incómodo para su primer ministro, el conservador David Cameron, quien afronta así la primera gran rebelión en las filas de su partido desde su llegada al poder.

La búsqueda de supervivientes entre los escombros de los edificios que se desplomaron en el terremoto del domingo en el este de Turquía continúa con un número creciente de víctimas, que, al caer la noche, había alcanzado los 279 muertos y unos 1.300 heridos.

Un terremoto de 7,2 grados de magnitud en la escala abierta de Richter sacudió el pasado domingo el este de Turquía, dejando alrededor de 300 muertos y más de 1.300 heridas, así como centenares de personas atrapadas entre los escombros.

En Turquía, los equipos de rescate trabajan a destajo en las ciudades de Van y Ércis para tratar de encontrar supervivientes del terremoto de ayer bajo los escombros. Ya hay más de 260 muertos y 1.300 heridos. El centenar de réplicas registradas en las últimas horas mantiene en vilo a los habitantes de la zona.

El primer ministro turco ha anunciado este lunes lo que ya se temía: el número de fallecidos por el terremoto que ha sacudido el país son ya 264 y hay 1.300 heridos. Además, según ha anticipado el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, se espera que la cifra aumente en las próximas horas.

Mientras, los equipos de rescate buscan a cientos de personas desaparecidas que podrían permanecer atrapadas bajo los escombros.

La falta de maquinaria pesada en algunas localidades de la zona, fronteriza con Irán, y los cortes de luz por el temblor dificultan las tareas de búsqueda. Los voluntarios usan palas y manos para mover los escombros. El Ejército ha enviado dos batallones para asistir en las labores de ayuda.

Según la Cruz Roja y la Media Luna Roja, un equipo de 100 expertos ha llegado a la región para coordinar las operaciones. Se han distribuido unas 4.000 tiendas, 11.000 mantas, infernillos y raciones de comida.

Los equipos de rescate buscan a cientos de personas desaparecidas que podrían permanecer atrapadas bajo los escombros tras el terremoto de magnitud 7.2 que ha azotado el extremo sur oriental de Turquía.

Las últimas cifras oficiales son de 217 muertos, aunque se espera que el balance final sea mucho mayor. "Esperamos encontrar a todos los supervivientes posibles", ha dicho el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.

La falta de maquinaria pesada en algunas localidades de la zona, fronteriza con Irán, y los cortes de luz por el temblor dificultan las tareas de búsqueda. Los voluntarios usan palas y manos para mover los escombros. El Ejército ha enviado dos batallones para asistir en las labores de ayuda.