Nieve, viento y placas de hielo, son el legado del temporal de frio que azota Europa. Cuando se unen a la noche, la conducción se vuelve un peligro mortal. En Alemania dejan múltiples accidentes. La tormenta Egon golpea, sobre todo, el centro y norte del país, donde las comunicaciones por tren y por avión también están afectadas. En Francia, la costa atlántica soporta vientos que superan los 140 kilómetros por hora. Más de 200.000 hogares sufren cortes de electricidad y los daños son cuantiosos. "Yo no sabía si mi techo iba a aguantar. Sentí miedo", dice un vecino de Reims. Las rachas de viento han afectado al rosetón de la catedral de Soissons, en el norte del país. En la costa británica el panorama es similar. En localidades como esta de Jaywick, al sur de Inglaterra, cientos de personas han sido evacuadas, pese a las reticencias de algunos.
En Grecia, el temporal que deja, por ahora, decenas de muertos, muchos de ellos por hipotermia. Entre los más vulnerables, los refugiados. Naciones Unidas está profundamente preocupada por su situación, especialmente por unos mil, que están soportando la ola de frío en unas condiciones lamentables.
Fue el concierto inaugural, de un proyecto no exento de polémica. Hamburgo tiene un nuevo y espectacular Skyline sobre el río Elba. 2.000 espectadores estaban convencidos de asistir a un hito histórico en la espectacular sala de conciertos concebida por el arquitecto alemán Jacks Herzog y el experto en acústica japonés Yasuhisa Toyota. No sé si existe la perfección, pero estamos muy cerca. Un antiguo almacén de café y cacao es ya un templo de la música, con la forma grácil de una ola del Elba. El espectacular resultado final aún no ha hecho olvidar a los hamburgueses, que han sido 10 años de obras, por una empresa Hochtief, comprada después por la española ACS, seis años de retraso, con un presupuesto que se ha cuadriplicado hasta los casi 800 millones de euros. Un caso que se repite en aeropuerto o en el saneamiento de la Staatsoper de Berlín, que ya va para siete años en obras y nadie se atreve a invocar a Prometeo.
La masa de frío polar que afecta a Europa ya ha provocado cerca de un centenar de muertos en 10 países. Las calles de la capital rumana se entierran en un manto blanco, la misma capa helada cubre el noreste de Bulgaria. La estampa se repute en sitio tan poco probable como el sur de Italia. En los Balcanes, Jablanica, Bosnia se hielan lagos y ríos. En esta zona, particularmente en Belgrado, las temperaturas extremas han vuelvo a destapar el drama migratorio. A Serbia han llegado en los últimos días 1.800 personas, casi la mitad, niños.
David del Campo de la ONG Save The Children afirma: "El gobierno serbio no está facilitando ni la acogida ni el trabajo de las organizaciones humanitarias", y denuncia: "Tal es así que los campamentos son improvisados, en casas abandonadas y, en muchos casos, a los nuevos que llegan, la única opción que les queda es dormir en al calle, a la intemperie". Un joven atrapado en el también nevado campo de Moria en las islas griegas se lamenta: "A esto poco se le puede llamar vida".
En su primera rueda de prensa tras la victoria, el presidente electo, Donald Trump, se ha referido a la controversia sobre los ciberataques desde Rusia denunciados por la inteligencia estadounidense y ha reconocido que estas intromisiones se han producido. También se ha lamentado: "Todo el mundo nos 'hackea', incluyendo a Rusia y China". No obstante, el presidente electo y magnate ha afirmado que tales ataques ya no se producen desde Moscú, que no hay vuelta atrás y que con él EE.UU. será "más respetado".